Barcelona. Los antiguos socios Iñaki Urdangarin y Diego Torres se vieron ayer las caras en una misma sala judicial en Barcelona, por primera vez desde que estalló el caso Nóos, a raíz de una demanda por vulneración de derecho al honor del duque de Palma por la difusión de correos electrónicos íntimos.
El juzgado de primera Instancia número 46 de Barcelona fue testigo de este inédito encuentro, en el que ambas partes dieron a conocer sus argumentos sobre si se deben mantener o revocar las medidas cautelares de la demanda presentada por Urdangarin contra empresas de comunicación y también contra Diego Torres, por la divulgación de esos mensajes. El duque solicitó, y la juez le concedió de forma urgente el 15 de abril, que los correos electrónicos relativos a su intimidad en poder de Torres no pudieran ser publicados. La juez tiene una semana para decidir sobre esta cuestión que, según fuentes judiciales, podría suponer la pretensión de la censura previa de los ocho grupos editoriales demandados. Un grupo de funcionarios judiciales que protestaban por los recortes acompañó a Urdangarin a su salida, con gritos de "chorizo" y un estruendo de silbatos.