vitoria. Joseba Urrosolo Sistiaga y Rafael Caride Simón, presos internos en la cárcel de Zaballa e integrantes de la denominada vía Nanclares, denuncian en una carta que publica hoy DNA en la sección de Iritzia la actitud mantenida por la izquierda abertzale tanto en el tema de los presos como en el reconocimiento del daño causado por la actividad de ETA. Ambos reclusos consideran que los dirigentes de la izquierda abertzale se han plegado a las exigencias del sector más duro dentro de esa sensibilidad política, hasta el punto de señalar que para ellos los presos suponen, simplemente, un capital político.
Urrosolo y Caride hacen referencia en primer lugar a los hechos acontecidos meses atrás en Donostia y Ondarroa, donde centenares de personas se opusieron a la detención de varios jóvenes acusados de pertenecer a Segi y de Urtza Alkorta -condenada por colaborar con ETA-, respectivamente. A su juicio, los llamados muros populares solo sirvieron como "experiencias intensas de solidaridad para los que siguen viviendo en casa y la frustración por el inevitable encarcelamiento de los jóvenes". Una actuación que consideran que no sirve porque no se hace nada para que los presos vuelvan a casa. Ponen como ejemplo los casos de estos jóvenes con condenas de seis años, de las que han cumplido ya dos. "Podrían ya salir a la calle, pero no se lo van a plantear porque los comisarios políticos que controlan el Colectivo mantienen bloqueadas esas posibilidades", aseguran.
Ambos reclusos se refieren, asimismo, al acto que protagonizaron decenas de huidos de ETA en Iparralde. Para ellos, todo se resumió a una jornada de "mitin, comida y concierto de música". Se preguntan por qué no regresan aquellos que legalmente lo pueden hacer y hacen referencia a los pasos que el Colectivo de Presos va a dar, cuando, aseguran, esos pasos ya se recogían en el Acuerdo de Gernika hace tres años. También se refieren a la entrevista que concedió Arnaldo Otegi al portal eolapaz, en la que el exportavoz de Batasuna emplazaba a Sortu a dar pasos por los presos. "¿Por qué no los da él, en la medida que puede, para desbloquear el tema de los presos?", señalan. Según Urrosolo y Caride, la izquierda abertzale no está ayudando a la vuelta a casa de los presos porque, a su entender, los dirigentes de esta sensibilidad política se han plegado ante los planteamientos del sector que se empecinó en seguir con la lucha armada hasta que no pudieron más. Además, añaden que este sector ha conseguido colocar como portavoz de Sortu a "una de las comisarias políticas que ya venían ejerciendo esa labor de control de los presos". Una clara alusión a la abogada Amaia Izko, que en las últimas semanas ejerce las labores de portavocía de Sortu junto a Pernando Barrena. Ambos presos ahondan en esta apreciación al asegurar que "la actitud de este sector está impidiendo que muchos presos y refugiados estén ya en sus casas. Están impidiendo que el final de ETA, que ellos mismos gestionaron de la peor manera, pueda afrontarse de una manera más sensata". Esta inmovilidad de la izquierda abertzale en el tema de los presos tiene una razón a juicio de Urrosolo y Caride, la rentabilidad política que supone tener a cientos de personas encarceladas. "El problema es que los presos, además de un sufrimiento para sus familiares, suponen un capital político para la izquierda abertzale". Reconocen que los presos aportan la mayor capacidad de movilización, algo que, dicen, "no se lograría en base a su actividad política y mucho menos cuando su referente principal es el tema de las basuras".
Los dos reclusos se centran también en el reconocimiento del daño causado a las víctimas y a los problemas que tiene la izquierda aber-tzale para afrontar un suelo ético compartido que permita avanzar en el proceso de pacificación. En este sentido lanzan dos preguntas cargadas de profundidad: "¿Qué sentido tiene acudir a un acto en recuerdo a unas víctimas de ETA si son incapaces de decir a sus familiares que lo sienten, que semejante barbaridad no debía haber ocurrido? ¿Cómo se puede seguir sin asumir que lo que hicimos con Miguel Ángel Blanco fue una barbaridad tan grande como la que hicieron con Lasa y Zabala?". Por último, ambos reclusos consideran que si los dirigentes de la izquierda abertzale son condenados en los sumarios que tienen pendientes -entre ellos por el caso de las herriko tabernas-, su actuación sería otra: "Solo se decidirán a cambiar de actitud y a ayudar a que los presos vuelvan a casa si ellos mismos son condenados y tienen que ir a la cárcel".
Dos históricos Urrosolo Sistiaga y Caride Simón son dos históricos reclusos. Urrosolo está condenado a 497 años de prisión, mientras que Caride, miembro del comando que colocó la bomba en Hipercor, fue condenado a 709 años de prisión.
Urrosolo lleva 16 años en prisión -fue detenido en enero de 1997 en Burdeos-, mientras Caride ha cumplido veinte años -fue arrestado en febrero de 1993 en Toulouse-. Ambos reclusos, que no han gozado de ningún permiso, se han desvinculado totalmente de ETA, han renunciado a la violencia, han mantenido reuniones con víctimas y se han comprometido a hacer frente a las indemnizaciones impuestas por los jueces. Ahora, ambos están pendientes de que la Audiencia Nacional les otorgue un permiso que les denegó el Juez de Vigilancia Penitenciaria.