IRUÑEA. Villar López y María Sanz, esposa e hija de Miguel Sanz respectivamente, se han dado de baja como afiliadas de UPN por el abandono que el partido ha plasmado sobre el expresidente. Ambas tramitaron su renuncia a la militancia la semana pasada a través del comité local de Corella, que preside el propio Sanz, y que se ha trasladado a la sede central de Iruñea, donde se le ha dado cauce y se ha hecho oficial.

La desvinculación del partido de los familiares de Sanz era una posibilidad que durante los últimos días se había comentado en UPN, donde incluso se especulaba con que el propio expresidente del partido pudiera abandonar la organización. En privado Sanz ha hecho constar su malestar tanto con la presidenta con algunos de quienes han sido sus colaboradores, por entender que no se le ha defendido de forma suficiente ante las críticas que viene recibiendo los últimos meses tanto por su gestión en el Gobierno foral, incluidos algunos de los proyectos más polémicos, como por el cobro dietas de Caja Navarra.

Finalmente mantendrá su condición de afiliado, por lo que, si se mantiene su condición de imputado, podría enfrentarse ahora a un expediente interno del comité de garantía y disciplina. Sanz, como expresidente, sigue siendo además miembro nato de la ejecutiva. No obstante, no participó en el encuentro de ayer, en el que se formalizaron de las bajas de sus familiares.

Caja Navarra y La herencia En cualquier caso, Sanz no ha querido ocultar su enfado con el partido, y así lo ha hecho constar en diferentes conversaciones privadas los últimos días. Un malestar que viene tiempo atrás, y que tiene su base en la actitud que Yolanda Barcina muestra siempre respecto a su legado. Lastrada por las estrecheces económicas y por el escándalo de Caja Navarra, la presidenta ha intentado desvincularse de los principales problemas endosándoselos al ejecutivo de Sanz. "Estamos pagando la factura de los cálculos errados del pasado", subrayó la semana pasada Barcina en un acto con empresarios.