Madrid. Fernando Trapero, el padre de uno de los guardias civiles asesinados por ETA en Capbreton en 2007, afirmó ayer que tiene una "sensación de paz" tras haber conocido la sentencia dictada por un tribunal de París, que condena al exjefe de ETA, Mikel Kabikoitz Karrera Sarobe, Ata, a cadena perpetua por el asesinato de los dos agentes. El tribunal también condenó por su participación en los hechos a Saioa Sánchez, a 28 años de cárcel con el cumplimiento efectivo de al menos dos tercios de la pena. Por su parte, Asier Bengoa López de Armentia fue condenado a 15 años de prisión, aunque no por los asesinatos, sino por pertenencia a banda terrorista.

Fernando Trapero, de 23 años y Raúl Centeno, de 24, fueron asesinados en su coche por un comando de ETA, en el aparcamiento de una cafetería de la localidad francesa de Capbreton en noviembre de 2007, mientras realizaban una operación de vigilancia habitual en el Estado francés.

En una entrevista en Onda Cero recogida por Europa Press, el padre de Trapero elogió la "honradez" del juez de instrucción y del que ha juzgado los hechos y reconoció que aunque el interés de la familia estaba "en que se sancionara con la pena máxima a todos, hay que ser realista". Fernando Trapero manifestó que en un primer momento durante el juicio los miembros de ETA y sus familias "venían muy subidos", tratando de demostrar que "no les importaba nada". Sin embargo, añadió, "poco a poco se les fue poniendo otro color de cara y tras conocer el fallo algunos lloraron".

El padre del guardia civil asesinado quiso asimismo mostrar su agradecimiento a la Gendarmería francesa y en "especial" a la Guardia Civil, por la "dedicación" que tienen sus miembros, "arriesgando su vida, en su servicio a la sociedad".

Incidente El juicio terminó el pasado jueves con un incidente entre los acusados, que se pusieron a cantar y a lanzar vivas a ETA, y los familiares de los agentes, que les respondieron. Una vez que la presidenta del Tribunal de lo Criminal, Xavière Simeoni, levantó la audiencia, los seis acusados se pusieron a cantar el Eusko Gudariak, lo que desencadenó la reacción de las familias de los agentes asesinados. "¡Toda la vida en la cárcel, asesinos, cobardes!" fue uno de los gritos que les lanzó desde los asientos de la acusación particular la madre de Centeno, Blanca Esther Bayón González, una de las que más se escuchó. También se oyeron otras proclamas de "¡Viva la Guardia Civil!" mientras los seis condenados, y al terminar de entonar el Eusko Gudariak, lanzaron repetidamente gritos de "¡Gora ETA!" .

Fernando Trapero. Foto: Afp