Madrid. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha expulsado a uno de sus agentes por apropiarse de documentación sensible, en un acto que no ha tenido consecuencias para la seguridad del Estado, según confirmaron ayer fuertes cercanas al departamento que preside el general Félix Sanz Roldán.

Aunque el nombre del espía despedido del CNI (es la primera vez que se aplica una medida de este tipo a través de un expediente disciplinario) no ha trascendido, sí lo ha hecho la responsabilidad que desempeñaba. Se trata del jefe de la sección de doctrina de la división de operaciones del CNI, un brigada adscrita a la Guardia Civil (el Centro Nacional de Inteligencia también tiene agentes en la Policía Nacional y en el Ejército). Al espía ahora sancionado se le acusaba de sustraer documentos que incluían identidades, códigos de comunicación y procedimientos operativos del centro. El agente, un brigada de la Guardia Civil, ha sido sancionado con tres años y seis meses de suspensión, en "aplicación a rajatabla" del código disciplinario y del estatuto del CNI, lo que implica la expulsión del centro.

Proceso Los hechos se produjeron en 2011 tras detectarse la sustracción de información sobre identidades, procedimientos operativos, códigos de comunicación y detalles financieros. A finales de ese mismo año , el 21 de noviembre de 2011, el brigada fue suspendido de funciones provisionalmente a la espera de la resolución del expediente sancionador abierto por la entonces secretaria general del centro Elena Sánchez.

El 4 de noviembre de 2012 se hizo efectiva la sanción disciplinaria y el agente recurrió su expulsión por la vía contenciosa. La Audiencia Nacional dio la razón al CNI el pasado mes de marzo asegurando que "del examen de las actuaciones se evidencian actividades extra profesionales que revelan, sin lugar a dudas, que el agente ha vulnerado su obligación".