madrid. En un momento en que las aguas parecen bajar revueltas en el proceso de paz, el lehendakari y el presidente español han centrado su último encuentro en intercambiar posturas sobre la gestión del nuevo tiempo. Según ha podido saber DNA, ese debate presidió la reunión que sostuvieron el miércoles en La Moncloa Iñigo Urkullu y Mariano Rajoy, quienes ya se habían comprometido tras la cita del 30 de enero a mantener viva su interlocución al respecto, aunque preservando la discreción exigible en una cuestión tan delicada.
La situación se habría tornado especialmente sensible en las últimas jornadas, marcadas por el endurecimiento de los discursos tanto de la izquierda abertzale como del Gobierno español y del PP. Por un lado, EH Bildu ha recibido más de una crítica tras calificar el atentado contra Fernando Buesa de muerte por causas políticas y evitable, además de que Madrid permanece vigilante por las declaraciones vertidas tras la muerte del exjefe de ETA Xabier López Peña Thierry. Por otra parte, el Gobierno español ha congelado los beneficios aplicables a los presos que cumplen con los requisitos de la reinserción, y ha redoblado su marcaje a la izquierda abertzale, mientras el PP se ha negado por el momento a participar en la Ponencia de Paz del Parlamento Vasco. A modo de colofón, el proceso se encuentra sumido en un impasse desde que la dirección de ETA fuera expulsada de Noruega ante la negativa de Madrid de arrancar un proceso de diálogo.
La profundización en el debate fue tal que Urkullu y Rajoy únicamente se refirieron de modo tangencial al debate sobre el Cupo. Una negociación, por otra parte, que continúa por otros cauces y que ya fue encarrillada en febrero, cuando ambos gobiernos desbloquearon la Comisión Técnica como paso previo a la convocatoria de la Comisión Mixta. La flexibilización del objetivo de déficit de la CAV también estuvo sobre la mesa, aunque igualmente como tema subsidiario, ya que depende de que la Unión Europea relaje a su vez el límite impuesto al Estado español, y ese desenlace podría llegar a finales del próximo mes. Por el momento, Lakua no maneja ninguna cifra sobre esa flexibilización.
En cualquier caso, las alusiones al déficit y al Cupo no guardaron relación con la confección de los Presupuestos de Urkullu -no llevarán a modificar el techo de gasto-, que tampoco fueron objeto de discusión. Por otra parte, la apuesta del lehendakari por la discreción en materia de paz es ya conocida, y es también motivo suficiente para que desde Lehendakaritza rechazaran ofrecer algún detalle sobre los contenidos concretos abordados por ambos.
críticas La nula publicidad del encuentro ha servido para que la oposición al Gobierno de Urkullu pida cuentas y especule con el posible objetivo del cónclave. En este sentido, y en una entrevista en Radio Euskadi, el secretario de Coordinación del PSE Rodolfo Ares pidió al lehendakari que comparezca en el Parlamento para que aclare si ha rubricado algún acuerdo sobre el Cupo. El portavoz de Sortu Pernando Barrena coincidió en pedir "luz y taquígrafos" en una entrevista con InfoZazpi ante los eventuales pactos de PNV y PP. También desde Gipuzkoa llegaron las reacciones, en una nueva muestra de la sintonía entre PSE y Bildu: la portavoz socialista Rafaela Romero pidió a la diputada de Hacienda Helena Franco que aclare si la Diputación fue informada del encuentro y si Urkullu le preguntó por las ideas que podría trasladar en nombre del ente foral.