vitoria. Los próximos lunes y martes los consejeros de Iñigo Urkullu desfilarán por el Parlamento Vasco para explicar los Presupuestos, en lo que concierne a cada uno de sus departamentos, con un panorama sombrío para que esas Cuentas pasen el filtro parlamentario. Ayer hubo ronda de comparecencias de todos los grupos parlamentarios en la Cámara vasca para fijar la posición de partida de esta negociación, prácticamente a un mes vista de que se cierre el plazo para el registro de enmiendas. Y el marcador, por ahora, se decanta a favor de la oposición -el PNV está a once escaños de la mayoría absoluta- y, por tanto, acerca el fantasma de la prórroga presupuestaria.

Ninguno de los cuatro grupos respalda, a día de hoy, el proyecto del Gobierno: PSE y UPyD han anunciado ya su intención de enmendar a la totalidad las Cuentas, EH Bildu todavía no confirma si lo hará pero ayer reclamó al Ejecutivo que retire el proyecto y el PP no avanza aún tampoco enmienda de totalidad, pero sí "una alternativa".

Los dos principales grupos de la oposición sitúan buena parte del foco del debate en el capítulo de ingresos. Tanto los socialistas como la coalición soberanista volvieron ayer a incidir sobre este aspecto. El Gobierno Vasco abría la mano el martes a revisar este capítulo en la medida que pueda incidir sobre él, pero ya a posteriori, una eventual flexibilización del objetivo del déficit de las comunidades autónomas.

El portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, recogió ayer este guante para cuestionarlo, al entender que la oferta escondería la pretensión del Ejecutivo de dotarse de fondos extraordinarios sin pasar por el Parlamento y que, por tanto, podría gestionar "por decreto". Hoy, de hecho, se votará en el Pleno del Parlamento Vasco una moción de este grupo para que el Gobierno le remita el cómputo de lo que supondrían sobre los ingresos previstos para este año las nuevas figuras tributarias, como las relacionadas con la actualización de balances de empresas, recargo sobre la producción de energía eléctrica o el juego.

Precisamente en base a esos nuevos tributos, el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, planteó a finales de enero al lehendakari, Iñigo Urkullu, sumar 200 millones de euros a la previsión de recaudación para este año, lo que fue respondido con el rechazo de Araba y Gipuzkoa y amagos de enmienda de totalidad a los Presupuestos. La propuesta también cosechó la airada protesta de un PSE que ya propuso en su último Consejo Vasco de Finanzas en Lakua elevar la estimación de recaudación y se topó, entonces, con la tajante oposición de Bizkaia y Araba. "Pedimos que jueguen con responsabilidad -argumentaba ayer el parlamentario jeltzale Iñigo Iturrate-. Como PNV, estamos dispuestos a escuchar alternativas, pero los ingresos son los que son".

Con estos mimbres, la portavoz de EH Bildu, Laura Mintegi, reclamó una reunión con el PNV para exponer su alternativa presupuestaria, que en el capítulo de gastos pasaría por reorientar hacia el ámbito social partidas como la prevista para el TAV y en el de ingresos, por replantear, por ejemplo, el Cupo al Estado. Mintegi evitó hablar de enmienda de totalidad, pero sí exigió al Ejecutivo que retire el proyecto "y empiece de nuevo". Los socialistas sí se han definido en favor de la enmienda de totalidad porque no están de acuerdo con la previsión de ingresos -consideran que podría aumentar hasta en 800 millones- y, por ello, han solicitado que los tres diputados generales expongan en el Parlamento los datos de afloración de fraude fiscal y poder recalcular así su incidencia sobre las Cuentas de ese año.

Quien no cierra la puerta es el PP, que en cualquier caso ya prepara su "alternativa", según avanzó Arantza Quiroga. Una vía que podría llegar a otorgar un papel crítico al parlamentario de UPyD, que ayer confirmó que registrará su propia enmienda de totalidad a un proyecto "plagado de recortes" y que sustenta un proyecto nacionalista.