Vitoria. La portavoz de EH Bildu, Laura Mintegi, calificó el pasado jueves el asesinato a manos de ETA del exdiputado general de Araba, Fernando Buesa, como "una muerte por causas políticas" que era "evitable", lo que originó una bronca parlamentaria cimentada en la bancada del PP que terminó por dinamitar el arranque de la ponencia de paz.
Pero esta trifulca, reflejada en las portadas de los rotativos, no fue la única que se produjo esa mañana en el Parlamento Vasco. Tan solo unos minutos antes, el portavoz adjunto de la coalición soberanista, Julen Arzuaga, también empleó el mismo adjetivo, esta vez para calificar a los miembros de ETA que cumplen condena como "presos políticos", según el parlamentario abertzale.
Su intervención provocó, en primera instancia, la insistente protesta de la parlamentaria Nerea Llanos ante la presidenta del Legislativo, Bakartxo Tejería, con el objeto de que esta obligara a rectificar al dirigente de EH Bildu. Ante el caso omiso de Tejería, que instó a Llanos a continuar ciñendo su intervención al debate, Llanos se retiró a su escaño y los populares optaron por presentar una queja formal rubricada por su portavoz en la Cámara, Arantza Quiroga.
"Es palmario y evidente que el parlamentario de EH Bildu, al utilizar la expresión presos políticos en referencia a los presos de la banda terrorista ETA, ha ofendido a los demócratas en general y, en especial, el honor, el respeto y la dignidad de las víctimas del terrorismo", recogió Quiroga en el comunicado, a la vez que destacó también como "evidente" que "la presidenta del Parlamento con su pasividad ha hecho una dejación de funciones y ha consentido que resultara impune una conducta contraria a la legalidad reglamentaria".
La reacción de Tejería, una vez registrada pertinentemente la protesta, fue pedir respeto mutuo entre los parlamentarios mediante un comunicado en el que recordaba a Quiroga, presidenta de la Cámara en la legislatura anterior, que durante su mandato también se había utilizado la expresión presos políticos en referencia a los reclusos de ETA en al menos 20 plenos.
Ante este cruce de acusaciones, DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ha constatado a través del archivo parlamentario que son 19 las sesiones plenarias en las que se empleó esta expresión entre 2009 y 2012, los ejercicios en los que el PP, gracias al pacto por el cambio con los socialistas, ocupó por primera vez la presidencia del Parlamento.
Fuentes de este partido destacaron ayer que el resultado de esta búsqueda correspondía a intervenciones tanto de su propio grupo como de otros en los que se empleaban unidos los términos presos y políticos para negar su existencia o criticar su empleo.
Así es en la mayoría de los casos, según los datos a los que ha tenido acceso este periódico, aunque del total de 47 ocasiones que refleja la documentación parlamentaria, en nueve fueron parlamentarios de Aralar y Eusko Alkartasuna quienes emplearon estos términos dándolos por buenos.
Un claro ejemplo de estos casos se produjo el 26 de noviembre de 2009 durante el debate de la proposición no de ley presentada por Eusko Alkartasuna sobre el traslado de presos vascos a Euskal Herria. En su intervención en este debate, la portavoz entonces de Aralar, Aintzane Ezenarro, se dirigió a PP y PSE para señalar que "aunque no quieren escuchar esto es de sobra conocido que en los últimos años están llenando las cárceles de presos políticos", en referencia a dirigentes de la izquierda abertzale detenidos y privados de libertad.
Como respuesta, el exparlamentario popular, hoy delegado del Gobierno español en la CAV, Carlos Urquijo, valoró la necesidad de "tener mucho cuidado con las iniciativas que se traen aquí, porque, repito, por no ceder a ese chantaje que usted trae aquí hoy disfrazado de buenismo, por eso han asesinado a personas en este país". En este mismo sentido, exigió a Ezenarro "en nombre del Grupo Popular que retire la expresión de presos políticos para referirse a ningún preso en este país".
El exaforado de la formación conservadora se limitó a trasladar sus exigencias a Ezenarro, sin que el PP decidiera entonces seguir el mismo camino emprendido esta semana al elevar a la presidencia del Parlamento sus quejas.