El alcalde de Iruñea, Enrique Maya (UPN), tiene muchas posibilidades de constatar, al igual que Barcina, que no solo se encuentra en minoría sino que la mayoría de la oposición le exige que se marche. Lo comprobará en el pleno fijado para el 22 de marzo, día en que se votará una moción de Bildu y Aralar en la que solicitan tanto su dimisión como la de la edil regionalista Ana Elizalde. Esta resolución, que se debatió en el pleno del pasado jueves, no salió adelante ya que NaBai, PSN e Izquierda-Ezkerra optaron por la abstención. Bildu ha vuelto a registrarla con la confianza de "contar con el apoyo del resto de las fuerzas de la oposición". La formación abertzale subraya que, "ante la gravedad de las informaciones conocidas en los últimos días", no se debe esperar más para impulsar el cambio político y social, que "es tan posible como necesario". A la espera de lo que suceda en el pleno, Maya dijo sentirse "aliviado" y "tranquilo" tras anunciar que devolverá las dietas cobradas en Caja Navarra e indicó que no ha tomado esta decisión por un problema de legalidad, sino por una cuestión "ética y moral".