IRUÑEA. La pérdida del apoyo del PSN y la división interna de UPN, con la creciente contestación hacia la presidenta navarra Yolanda Barcina, han alimentado los rumores sobre un inminente adelanto electoral en la comunidad foral. Una convocatoria con las urnas que, según otros augurios, podría colocar en el gobierno a los socialistas, pero con el apoyo de la izquierda abertzale. El secretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba cortó ayer esa posibilidad en una comparecencia en Iruñea en la que avisó de que "hay algunos partidos que están en la órbita del nacionalismo radical que tienen que hacer un camino todavía para poder sentarse a gobernar con el PSOE".

El socialista, que intervino en el Foro Ser Navarra en compañía de la presidenta del Gobierno foral, del expresidente Miguel Sanz y del secretario general del PSN Roberto Jiménez, quiso desplegar un mensaje más conciliador para referirse a UPN. En este sentido, rechazó el adelanto electoral y aseguró que el socialismo "siempre ha sido partidario de la estabilidad y de los acuerdos". "Eso sí, con las líneas rojas que le marca su proyecto político", puntualizó.

Por otra parte, Miguel Sanz se refirió a la división en UPN y a las candidaturas de Barcina y Alberto Catalán para mostrarse "decepcionado" por la situación de la formación, "después de haber tenido la oportunidad de alcanzar un acuerdo que era lo mejor".