Durango. EH Bildu avanzó que participará en la ponencia parlamentaria de paz y convivencia...

Quiero matizarlo.

Adelante.

Nuestro grupo adelantó que vamos a participar en todas las comisiones y ponencias que se organicen en el Parlamento, y que participaremos en una ponencia de paz y convivencia, no necesariamente en la que estaba organizada la pasada legislatura, obviamente porque ha cambiado la correlación de fuerzas. Por lo tanto, no existe la ponencia que había antes.

Pero sí unos trabajos ya realizados.

Son unos trabajos mínimos. Todo aquello que sea válido se utilizará, evidentemente. Pero los planteamientos que tenía habrá que reestructurarlos porque estamos en una situación distinta. Ha pasado mucho desde entonces en este país. Habrá que poner nuevos objetivos, calendarios y hojas de ruta.

¿EH Bildu ha definido esos objetivos que planteará en la ponencia?

Evidentemente el objetivo es la paz, una paz estable y una normalización política duradera y sostenible. Eso solo se sostiene sobre la justicia, no hay más. No podemos plantear una paz amnésica, una paz que no reconozca todo lo que ha ocurrido aquí. En este momento vemos que hay bastante descompensación a la hora de elaborar relatos; algunos incluso se estigmatizan como ha ocurrido con la película Ventanas al interior, sobre los presos. Eso refleja muy poca actitud de querer escuchar. Durante años hemos visto colgados en los ayuntamientos y diputaciones un cartel que decía Bakea nahi dugu; veamos si es verdad. ¿Realmente queremos la paz? Tengo dudas de que ese lema sea cierto; da la impresión de que lo que está detrás es irabazi nahi dugu. En la paz todo el mundo siente que gana algo y que deja algo. Todos tenemos que sentir que ganamos y que hemos llegado al final de un ciclo; esa sensación te da paz.

Habla de justicia pero la mayor parte de la sociedad no entiende que la izquierda abertzale, Bildu y EH Bildu no arrancan a asistir a los actos de homenajes a las víctimas de ETA.

Pero sí se ha asistido.

No en el caso del reciente homenaje a Inaxio Uria, o antes en actos en Getxo o Beasain.

Estuvimos gente de EH Bildu [en referencia a los representantes de EA, Aralar y Alternatiba]. Por otra parte, la familia Uria tuvo cierta actitud...

Dijo que no se fuera si no se condenaban todos los atentados de ETA.

Entiendo su dolor y creo que difícilmente puede nadie saber lo que se siente hasta que lo vive. Desde la afinidad desde fuera, lo que corresponde es el respeto, así de claro. Ahora, también es cierto que se ha intentado hacer una utilización, dar un protagonismo político a ese dolor. Tendríamos que desgajar las consecuencias del conflicto de las intencionalidades del conflicto. Es una de las primeras cosas que vamos a tener que hacer en la Ponencia de Paz y Convivencia. Habrá que resituar el protagonismo que debe tener todo el mundo. Las víctimas tienen que tener un protagonismo, como lo tienen que tener los presos. No estamos equiparando, sino poniendo las cosas en su sitio. Una de las cosas que me llama la atención de la política es el simplismo y el maniqueísmo. Todo es blanco o negro. Es un lenguaje infantil que implica falta de madurez e imposibilidad de sacar los matices. Vamos a empezar a borrar las trincheras, a construir un terreno plano en el que encontrarnos. No me obligues a saltar trincheras. Esa es la actitud de vencedores y vencidos, y nunca ninguna paz duradera y sostenible se ha construido sobre una política de vencedores y vencidos. Me llama la atención lo superficial que puede ser la política en este sentido.

Pero la pesada mochila de 30 años de violencia requiere reconocimientos explícitos de lo que ha pasado.

Sí, requiere un reconocimiento de todos los sufrimientos. Las fuerzas incluidas en EH Bildu lo están haciendo. Pero una película que está empezando a hablar de otras realidades se estigmatiza. Cuidado, esta política tan maniquea está haciendo una disyuntiva de o vienes a mi bando o te quedas en el tuyo para siempre jamás.

Desde instancias oficiales se están dando pasos, como la comisión de víctimas por motivación política impulsada por el Parlamento Vasco, que ya está empezando a dar sus frutos. Está enfocando esa parte de la historia que EH Bildu demanda.

Sí, perfectamente. Lo aplaudo, me parecer interesante, aunque es un ejercicio muy tímido y se queda en el año 78. Pero estamos en el 2012. Creo que en estos cuatro años debemos avanzar muchísimo. Es más, me gustaría que al final de esta legislatura podamos decir que hemos rellenado la trinchera y hemos encontrado un terreno común para el encuentro.

¿La izquierda abertzale se hace esa misma resurtiera de su pasado?

Por supuesto, se hace y se está haciendo. No puedo hablar en nombre de la izquierda abertzale, porque soy representante de EH Bildu, pero los pasos que está haciendo nuestra coalición son absolutamente de un avance. Difícilmente vamos a encontrar en toda Europa una fuerza política que haya hecho esa evolución en cinco años, pero no veo la misma evolución en la otra parte.

El PP ya ha anunciado que su primera iniciativa parlamentaria será la condena de ETA, lo que obligará a posicionarse a EH Bildu.

No el Parlamento, sino el sentido común y la conciencia cívica nos va a obligar a todas las fuerzas a dar pasos. Es muy reduccionista hablar de un partido y un Parlamento. Estamos hablando de un conflicto que abarca todo un pueblo, que atañe a todos los agentes sociales, la ciudadanía y los Estados. La sociedad no tiene el discurso del PP, la sociedad va por delante de las fuerzas políticas y se está empezando a reconocer. Familias y compañeros que durante años se han dado la espalda están hablándose. Eso es lo que quiere la sociedad. El tema de la violencia política lo tienen en el séptimo puesto de sus principales preocupaciones. Lo primero que nosotros hemos llevado al Parlamento son temas económicos y lo primero que se le ocurre al PP es la condena a ETA. Por favor, que se resitúen.