BILBAO.Antes de pisar Ajuria Enea, el próximo lehendakari tendrá, si losplazos de la burocracia no lo impiden, su primera patata caliente entremanos. La paga extra de Navidad a los funcionarios vascos se haconvertido en el culebrón de fin de año para disgusto de los 67.000empleados públicos dependientes del Gobierno vasco que a fecha de hoyno saben si la cobrarán a pesar de que el Ejecutivo de Patxi López haafirmado que la pagará. Si la próxima semana el pleno del TribunalConstitucional (TC) admite a trámite la impugnación presentada por elGobierno español contra la decisión de abonar la remuneración, estaquedará automáticamente suspendida y el asunto pasará a manos delGobierno entrante. Iñigo Urkullu, que previsiblemente será elegidolehendakari el próximo jueves día 13 y jurará el cargo dos días despuésen Gernika, ya tiene decidida su respuesta a la situación: adelantarála paga extra de junio de 2013 a enero y la de diciembre a junio,señalaron fuentes del PNV a este diario.

Esla misma fórmula que han seguido la Diputación de Bizkaia y numerososayuntamientos vascos para garantizar el cobro de la extra de Navidad asus empleados públicos, aunque no despeja la duda de qué ocurrirá conla paga de diciembre del próximo año y siguientes.

Urkullupodría eludir esta situación si la extra de Navidad fuera abonada a losfuncionarios antes de que el pleno del alto tribunal español decida lapróxima semana, como parece más que probable, admitir a trámite elrecurso presentado por el Gobierno de Rajoy contra el Ejecutivo vascopor incumplimiento del real decreto de julio pasado. Madrid sostieneque se trata de una norma básica que obliga a todas lasadministraciones del Estado, por lo que su incumplimiento supone un"delito de prevaricación" por parte del responsable político e inclusodel funcionario o jefe de servicio de turno que ejecuta el actoadministrativo del abono de la extra.

Elministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha señalado directamente a losGobiernos vasco, navarro y extremeño por su intención de hacer casoomiso del decreto y ha esgrimido incluso el Código Penal a la hora deexigir responsabilidades, que incluiría la inhabilitación del cargo ydel empleo a los responsables.

ElGobierno vasco suele realizar el abono de la extra hacia el día 20 o 21de diciembre, por lo que se puede dar por descontado que la suspensiónllegará antes de esa fecha. Incluso si el TC no estudiara la próximasemana el recurso del Gobierno español, podría hacerlo en la últimasesión del año, conocida como escoba, que se celebrará los próximos días 18, 19 y 20, y en el que se discuten los temas que quedan pendientes antes del impasse navideño.

Comoquiera que la simple admisión a trámite de la impugnación bastaría paraparalizar el pago, esta posibilidad es muy remota ya que, inclusoacelerando el procedimiento administrativo, "el margen del Gobiernovasco para llegar a tiempo sería prácticamente inexistente", señalanfuentes de Lakua conocedoras del mecanismo.

Laparalización de la paga a los funcionarios vascos llegará en plenatransición de poder de Patxi López a Iñigo Urkullu y será este el quetendrá que gestionar sus consecuencias económicas y políticas. Ladecisión de adelantar la extra de junio del próximo año a enero paliaráparcialmente la situación y de paso servirá para tranquilizar al sectordel comercio, muy preocupado por la desaceleración de las ventas queacarrearía el impago.

Sin embargo, eladelanto precisará de una pequeña pero obligada reforma de la Ley dePresupuestos o la aprobación por parte del Parlamento Vasco de una leyespecial que regule el pago de la extra en unas fechas diferentes a lasrecogidas por la ley en vigor. Este requisito lo cumplieron las JuntasGenerales de Bizkaia el pasado miércoles con la aprobación de unproyecto de norma foral que permite el adelanto, con los votos a favordel PNV y del PSE, mientras que Bildu y PP se abstuvieron.

Encualquier caso, parece difícil que el abono de la paga pueda realizarsea primeros de enero como en el caso de los funcionarios de laDiputación vizcaina y los ayuntamientos vascos que así lo hayandecidido. Por un lado, a Urkullu le coge el asunto instalando sugabinete en Ajuria Enea. Las fechas navideñas y vacacionales tampocopermiten agilizar los plazos. Y, por último y sobre todo, el trámiteparlamentario precisa de unos pasos ineludibles que, inclusodescartando la vía ordinaria y acogiéndose a la extraordinaria,situaría la fecha para el pleno del Parlamento más cerca de finales deenero que de mediados.