Madrid. El portavoz del grupo catalán en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, advirtió ayer de que no se puede hablar de "consulta o de cualquier otra cuestión en Cataluña si alguien no permite el gobierno día a día" y no se logra un apoyo estable al futuro Ejecutivo de CiU. Es un doble aviso a navegantes: por una parte a los independentistas de izquierdas que quieren la consulta pero no las políticas liberales de los convergentes y, por otra parte al PSC que, si quiere incidir en ese referéndum, debería posibilitar un nuevo Ejecutivo liderado por Artur Mas. "La consulta puede hacerse dentro de uno, dos, tres o cuatro años, pero pasado mañana hay que tomar decisiones", señalaba Duran i Lleida.

El secretario general de CiU insistió en que su formación tiene el compromiso con los electores y con 1.112.000 votantes que le han dado su respaldo de convocar una "consulta legal" sobre la independencia de Cataluña y que "en la medida de lo posible habrá que hacerla", pero insistió en que "no se podrá hablar de ese asunto ni de otro si alguien no garantiza con su apoyo el día a día en el Gobierno". "Somos conscientes de que solos no podemos gobernar", añadió Duran Lleida, que sobre los posibles pactos de CiU con otros partidos dijo que no prioriza a ERC, ni se posiciona a favor de unos o de otros, pero que, al ser la segunda fuerza política con más representación, las conversaciones tienen que empezar con Esquerra. No obstante, indicó que "da la sensación de que ERC no quiere saber nada de un gobierno estable".

Negociación Por su parte el portavoz del Govern en funciones, Francesc Homs, indicó a ERC y PSC que "todo" es negociable en las conversaciones que mantengan para configurar el futuro Govern, excepto la celebración de una consulta soberanista la próxima legislatura. "Estamos dispuestos a hablar de todo, pero hay que hacer una consulta esta legislatura. Es el mandato más explícito que hay del resultado de estas elecciones", explicitó en la primera rueda de prensa tras la reunión del Consell Executiu posterior a los comicios del 25 de noviembre.

Homs señaló que CiU está dispuesta a negociar las demandas de ERC en política fiscal, como la euroviñeta (una figura impositiva que deberían abonar los camiones por circular en carreteras) y también recuperar el Impuesto de Sucesiones pero sólo para los catalanes más ricos, promesa electoral de Artur Mas en 2010 y que su Govern materializó. En el contexto actual, Homs retó a los otros partidos a estar a la altura, ya que la posibilidad de ejercer el derecho a decidir es una "oportunidad histórica" que no puede dejarse escapar, y apeló a superar "ciertos recelos" que ha habido entre CiU y ERC, y recordó que el PSC 'a priori' era favorable a celebrar una consulta.