Bilbao. Nada nuevo bajo el sol. Veinticuatro horas después de que el Gobierno en funciones cancelara unilateralmente la cita para preparar el traspaso de poderes con el PNV, Sabin Etxea no había recibido aún ayer a la tarde ninguna llamada para fijar una nueva fecha de reunión. Las gestiones han sido congeladas después de que los socialistas pospusieran el encuentro sine die al considerar que el partido de Iñigo Urkullu había violado la discreción requerida adelantando a la prensa que centraría la reunión en reclamar la paralización de los compromisos que, por valor de 640 millones de euros, Lakua planearía poner en marcha "en los próximos días". Una explicación que se dejaba en el tintero que fue el propio Gobierno del PSE quien, antes que el PNV, reveló la fecha de la entrevista y las cuestiones que plantearía a las filas de Urkullu. Además, puso en la agenda el debate de la paga de Navidad de los funcionarios, una cuestión que compete a Lakua y que los jeltzales creían fuera de lugar en una cita que debía limitarse a analizar el estado de los departamentos.
Aunque los fogones de la cocina del traspaso permanecieran ayer apagados, el cruce de declaraciones no perdió intensidad, y encontró su punto álgido en la intervención del lehendakari en funciones, Patxi López. Ante 200 altos cargos de su gabinete, acusó al PNV de preparar el terreno y buscar una excusa a sus eventuales recortes cuando asegura que el Gobierno en funciones activará unas adjudicaciones que podrían condicionar los Presupuestos de 2013 y de años venideros.
Como jefe de Lakua en funciones, puso voz al máximo nivel a la versión de su gabinete. Aunque no aludió expresamente al debate de las adjudicaciones, evocó esa controversia al asegurar que los socialistas no van a permitir que nadie, "para disculpar sus políticas futuras, quiera deslegitimar la valía de este gobierno con infundios y con mentiras". "No vamos a permitir que nadie pretenda arrojar sospechas sobre la actuación de este gobierno, como alguno está queriendo hacer estos días", advirtió.
El socialista sostuvo que, tras las elecciones de 2009, "algún dirigente del PNV llegó a decir que gobernáramos nosotros era como que la criada te echara de tu propia casa".
A la espera de que jeltzales y socialistas puedan discutir sus diferencias y reconducirlas durante el traspaso de poderes, las declaraciones de López dejan al desnudo la distancia que separa las posiciones jeltzales de las socialistas en el debate de las adjudicaciones, en el que cada partido parece instalado en su versión. Aunque los encontronazos sean habituales en los traspasos de poderes entre gobiernos de diferente signo, desde Sabin Etxea consideraban ayer que la actitud del PSE "no es propia" de un trámite de esa naturaleza. Aún así, las dos formaciones siguen mostrándose dispuestas a entrevistarse, y la propia portavoz de Lakua, Idoia Mendia, dejaba un resquicio anteayer al matizar que el enojo del socialismo no radicaba tanto en la petición sobre las adjudicaciones, sino en que el PNV la hubiera hecho pública. A pesar de ello, nadie parece dudar de que, por encima de las formas, existe un problema de fondo.
Postura Jeltzale El presidente del BBB, Andoni Ortuzar, aseguró ayerque a su partido le gustaría retomar el diálogo con el Gobierno para propiciar una transición "lo más ordenada y constructiva posible".
También en relación con los asuntos que debían abordarse en la reunión abortada por los socialistas, el dirigente jeltzale declaró que si finalmente el Ejecutivo del PSE se viera forzado a suprimir el la paga extra navideña de los funcionarios, tal y como lo reclama el Gobierno español, la decisión entraría en conflicto con la política antirecortes del socialismo. El PNV entiende que es por esa razón por la que el Ejecutivo de López busca implicar a los jeltzales, quienes recuerdan que esa decisión corresponde en exclusiva al Gobierno Vasco en funciones.