VITORIA. "Esta décima legislatura que hoy comenzamos tiene que ser la del encuentro entre todos para construir la paz y la normalización política en Euskadi. Iniciamos un tiempo inédito en nuestra historia, con el fin definitivo de la violencia de ETA". Bakartxo Tejeria fijó ayer en su discurso inaugural como presidenta del Parlamento Vasco los pilares que alumbran un nuevo ciclo político marcado por los regresos; el del PNV a Lehendakaritza y el de la izquierda abertzale a la Cámara autonómica.
Tejeria, tercera mujer que lidera la dirección parlamentaria, y además de forma consecutiva, encabezó la foto de la nueva etapa en una Mesa que responde al pronunciamiento de la sociedad vasca y que, en este orden, PNV -por partida doble-, EH Bildu, PSE y PP respetaron también los grupos en sus primeras votaciones parlamentarias.
Convivencia, paz y esfuerzos para combatir la crisis son los mimbres expuestos por la dirigente jeltzale en una declaración de intenciones que deberá estar acompañada de un intenso trabajo de cocina para que el PNV, en minoría parlamentaria, pueda sacar adelante sus propuestas.
A la espera de que el debate parlamentario descubra sintonías y enfrentamientos, el primer peldaño que supone la constitución de la Mesa del Parlamento dejará lugar dentro de una semana, según la fecha fijada ayer, a la comisión de incompatibilidades. La ascensión legislativa culminará, al parecer, el 13 de diciembre con el pleno de investidura del nuevo lehendakari, aunque la previsible falta de apoyos en la ronda inicial forzaría una segunda votación y, por ende, retrasaría un día el plácet parlamentario al aspirante jeltzale. Así las cosas, el sábado día 15 Urkullu juraría el cargo en la Casa de Juntas de Gernika.
Ayer, por el contrario, el líder jeltzale ocupó un discreto segundo lugar ante el protagonismo de la flamante Mesa parlamentaria y EH Bildu, como principal novedad en las bancadas de Becerro de Bengoa. A pesar de que todavía es pronto para conocer cuál será la relación política y el grado de entendimiento con los nuevos inquilinos de la Cámara vasca, el camino recorrido hasta ahora augura severas dificultades, al menos, con los conservadores. Un dirigente del PP destacaba ayer en una conversación de pasillo que resulta "inevitable hacer distinciones" entre los aforados procedentes de Eusko Alkartasuna, Aralar o Alternatiba o los de la izquierda abertzale, aunque "sabemos quiénes van a mandar", sentenciaba.
recuerdos a las víctimas La coincidencia del primer pleno del Parlamento Vasco con el encuentro en el Palacio de Aiete y el homenaje al exparlamentario abertzale asesinado hace 28 años por los GAL, Santi Brouard, no pasaron desapercibidas para la presidenta entrante, quien en su discurso recordó a este dirigente además de los también parlamentarios fallecidos a manos de ETA, Fernando Buesa y Gregorio Ordóñez. Así lo hizo, a su vez, la presidenta de la Mesa de Edad -órgano que reúne a los parlamentarios que suman más años y a los que menos para designar al órgano rector del Parlamento-, Isabel Celaá, aunque en un primer momento olvidó incluir a Brouard, lo que provocó cierta perplejidad en la bancada ocupada por EH Bildu.
La coalición soberanista se situó en los escaños que hasta ahora reunían a los representantes del grupo socialista, ofreciendo así una curiosa imagen de Laura Mintegi en el sillón reservado en la pasada legislatura al presidente del PSE, Jesús Eguiguren.
El PNV, por su parte, mantendrá su ubicación habitual a la izquierda de la Mesa de la Cámara, mientras que PSE, PP y el único parlamentario de UPyD compartirán la tribuna frontal. Eso sí, los socialistas estarán situados junto a EH Bildu, mientras que los populares colindaran con la representación jeltzale.
A espensas de conocer si esta aproximación física se traduce en la consecución de acuerdos, las felicitaciones a los nuevos miembros de la Mesa pusieron el punto final a dos horas de una sesión protocolaria que levanta el telón parlamentario con un objetivo: "Tenemos que alumbrar la esperanza y reactivar la confianza". Bakartxo Tejeria, dixit.