DONOSTIA. "No es posible construir un futuro con valores básicos sin analizar el sufrimiento del pasado". La reflexión sobre lo ocurrido durante los años de conflicto armado en Euskal Herria, entonces, resulta "indispensable", según defendió ayer Carmen Gisasola, exactivista de ETA y encuadrada dentro del grupo Presos comprometidos con el irreversible proceso de paz -la mayoría cumple condena en la prisión alavesa de Zaballa-. "Mirando hacia otro lado no se cierran las heridas". Lo vivido tras la Guerra Civil española sería un buen ejemplo de ello.
Gisasola, que se puso por vez primera públicamente ante los medios -se encuentra tercer grado-, compareció no para hablar de política, sino para presentar su primera novela, titulada Gaur zortzi. "No es autobiográfica", advertía antes de empezar el acto, celebrado en la biblioteca municipal de Donostia. La expectación generada por la comparecencia, sin embargo, superó todas sus previsiones; hasta 25 medios de comunicación cubrieron el evento.
En su intervención, Gisasola describió la "mentalidad" que la lucha armada genera a su alrededor. Más allá del hecho de "poner el ideal por encima de los derechos humanos", la exactivista de ETA amplió el espectro de vulneraciones hasta los ataques verbales o insultos. En definitiva, "en nuestra sociedad se ha visto con normalidad atacar al que piensa distinto". Del modo que sea. Por eso, situó el respeto entre ideologías distintas como ingrediente "indispensable" para empezar a construir un futuro "normalizado".
"Teniendo por objetivo una Gran Verdad, consideramos indispensables algunos comportamientos para la consecución de objetivos políticos. Esto nos ha llevado a justificar excesos una y otra vez, a pesar de que generasen muchas contradicciones en nosotros". Todo ello, explicó Gisasola, "contaminó" las relaciones de su vida. "Hoy ya no creo en la gran verdad, solo en pequeñas certezas".
'gaur zortzi' Gaur zortzi, editado por Alberdania, es "una apuesta en pro de la convivencia". El libro cuenta la historia de un preso de ETA cuya rutina se ve alterada por una carta sin remite, firmada por una madre angustiada a causa de que su única hija ha dado el salto a la clandestinidad. La historia se sitúa en el contexto del conflicto armado vasco, aunque tiene un trasfondo más humano que político. No obstante, las trágicas consecuencias de la lucha armada o el sufrimiento de los familiares de los activistas aparecen retratadas en toda su crudeza.
En este sentido, durante su discurso, Gisasola incidió en el "dilema" al que se enfrentan los padres -"no en todos los casos", puntualizó- cuando sus hijos pasan a militar en ETA. "A pesar de no estar de acuerdo con la decisión tomada mantienen toda su estima hacia sus hijos". La reclusa volvió a esta idea para cerrar su disertación: "quisiéramos decir esto a nuestros padres: teníais razón".
La exactivista de la organización armada compareció arropada por la exparlamentaria Aintzane Ezenarro y el editor Inazio Mujika. La exportavoz de Aralar en el Legislativo explicó que el libro "invita a reflexionar sobre el coste personal sobre la opción de la lucha armada". Ezenarro reflexionó sobre los "relatos épicos obsoletos que no llevan a ningún sitio" construidos en torno a la lucha armada, pero que sin embargo la sociedad vasca no ha sabido evitar. "No hemos sabido frenar la sangría de nuestros hijas e hijos que se han visto atrapados en esa espiral de violencia", por lo que pidió reflexionar sobre ello para que "nuestros hijos no se vean nunca en esta situación".
"Quisieramos decir esto a nuestros padres (sobre la militancia en ETA): teníais razón"
carmen gisasola
Presa y exactivista de ETA