Donostia. El PNV vive la dulce resaca de unos resultados históricos en Gipuzkoa. Los 113.000 votos largos que cosechó el domingo suponen la mejor marca de la formación desde 1984, las anteriores antes de la traumática escisión. Desde esa fecha y acudiendo en solitario nunca había subido tan alto su listón electoral en Gipuzkoa, un resultado que le ha permitido igualar en escaños a EH Bildu, que apenas le pudo batir por unos cientos de votos.
A tenor de la tendencia marcada por las últimas convocatorias, nada hacía presagiar un desenlace tan ajustado entre las dos formaciones abertzales. Y eso que el sondeo del CIS, dado a conocer el primer día de campaña, sí auguraba una lucha cerrada entre jeltzales y la coalición independentista. Pero solo era un sondeo. Un prudente Joseba Egibar, cabeza de lista del PNV, se encargó de coger con pinzas cualquier pronóstico favorable a su partido, temeroso de las intenciones desmovilizadores de algunas encuestas.
En las parlamentarias de 1984, justo un año antes de producirse la ruptura del PNV, que en Gipuzkoa fue especialmente traumática para los jeltzales, obtuvo 144.684 sufragios. Cuatro años más tarde, el PNV perdió casi 85.000 votos, justo los mismos que obtuvo una recién nacida Eusko Alkartasuna. Desde entonces, no fue hasta hace cuatro años cuando volvió a rebasar, otra vez en solitario, la barrera de los cien mil votos. En las otras tres ocasiones en las que también lo hizo después de 1984 iba en coalición con Eusko Alkartasuna (99, 2001, 2005).
Distancia evaporada Los expertos en demoscopia previenen contra la tentación periódística de comparar elecciones de distinto signo. Atendiendo este principio, la comparativa entre las generales del año pasado con las legislativas del domingo no sirve. Sin embargo, son estas dos citas las únicas a las que ha concurrido la suma de Alternatiba, EA, Aralar y la izquierda abertzale bajo las siglas de Amiaur en 2011 y las de EH Bildu este año. Nada menos que 45.000 votos de diferencia endosó Amaiur al PNV en las Generales del año pasado en Gipuzkoa. En menos de doce meses, esta distancia se ha evaporada por completo.
La mejoría respecto a hace cuatro años, cuando el PNV concurrió con la candidatura de Juan José Ibarretxe, ha sido de poco más de un millar de votos. Pero entonces el cuerpo electoral estaba amputado, con la izquierda abertzale ilegalizada y la recomendación de sus dirigentes para optar por el voto nulo. En este caso, el PNV ha competido de tu a tu con la marca de la izquierda abertzale reforzada por Alternatiba, Aralar y EA, lo que sin duda otorga más valor al resultado.
Donostia y zarautz Atendiendo a lo ocurrido pueblo a pueblo, el PNV ha incrementado sus votos en Zarautz, Tolosa, Beasain, Arrasate, Bergara, Hondarribia, Hernani o Pasaia, y ha sellado el triunfo en localidades tan significativas como Zarautz, Tolosa, Beasain, Eibar y, sobre todo, Donostia, donde se ha reconciliado con una plaza que le ha causado innumerables quebraderos de cabeza desde que la escisión dejó al PNV en un partido casi residual. No sólo ha sido la fuerza más votada sino que ha experimentado un crecimiento como en ningún otro municipio del territorio. La subida ha sido del 14% (más de 4.000 votos), muy por encima de la media. Lo mismo cabe decir de otra plaza tradicionalmente ligada a Eusko Alkartasuna, como Zarautz. También aquí el PNV ha derrotado a EH Bildu, en este caso, con un crecimiento del 11%. Desde la óptica jeltzale, las elecciones han supuesto cerrar el ciclo de la escisión, alcanzando cotas electorales anteriores a la ruptura y logrando la adhesión de significados dirigentes y cargos institucionales que en su día rompieron con el partido.
la otra cara La otra cara de la moneda es para Euskal Herria Bildu. En líneas generales, sus resultados han sido buenos; de hecho, ha vuelto a ganar por tercera vez consecutiva y sigue acumulando el apoyo mayoritario en la mayor parte de los municipios del territorio. Sin embargo, y ayer se dejaba traslucir en los rostros de sus principales dirigentes, Gipuzkoa ha frenado un avance de la coalición indepentista que parecía imparable. No parece casualidad que EH Bildu haya retrocedido solamente en Gipuzkoa respecto a los números que obtuvo Amaiur en las Generales del año pasado. En su plaza fuerte, la coalición soberanista manda en la Diputación, en el ayuntamiento de la capital y en dos tercios de los consistorios. Da la impresión de que la gestión de este formidable poder institucional le ha pasado factura cuando apenas ha transcurrido algo más de un año. El propio alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, lo admitió ayer preguntado por este frenazo.
Pero más allá de esta realidad incuestionable, en la lista de motivos podrían figurar asuntos como el conflicto de los residuos o la gestión ante la crisis económica, con la famosa frase sobre la inutilidad de los planes anticrisis pronunciada por el diputado general, Martin Garitano, que puede acompañar la legislatura de Bildu al frente del gobierno foral.
Una lectura atenta de los números permite observar que la suma de los votos que hace cuatro años obtuvieron Aralar y EA más los que se registraron como nulos (la opción recomendada por la izquierda abertzale para protestar por la ilegalización) suma 94.000 votos, 20.000 menos que el pasado domingo, con una abstención cuatro puntos superior a la del domingo. La acumulación de fuerzas apenas se ha notado en esta ocasión, ya que en las Generales, bajo la fórmula de Amaiur, el listón subió hasta los 130.000 sufragios, quince mil más. El retroceso también es perceptible respecto a las forales de 2011, cuando Bildu logró 5.000 papeletas más que EH Bildu y Aralar, que entonces concurrió en solitario, logró algo más de 17.000. Con estos números y comparando con el resultado de Amaiur, EH Bildu ha caído en votos en todos los municipios de Gipuzkoa a excepción de Larraul y Orendain, donde empata, y Arama, el único en el que sube. El alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, de Bildu, reconoció ayer que gobernar "en época de crisis y en minoría supone un desgaste", justificando de esta forma el descenso de voto de la coalición abertzale en la capital guipuzcoana. "El resultado de EH Bildu en el conjunto de las tres provincias, con 21 parlamentarios en la cámara vasca, es muy bueno", quiso destacar, a la vez que puso sobre la pista de las razones del frenazo de la coalición: "Allí donde se gobierna, es donde más se ha notado el descenso de votos". A la hora de cuantificar el descenso, el alcalde donostiarra admitió la bajada de apoyo ciudadano en relación a los comicios a las Cortes Generales, pero sostuvo que en los del domingo "Bildu mantiene más o menos los votos en relación a las elecciones municipales de 2011", pasando por alto que entonces la coalición concurrió sin Aralar. El primer edil donostiarra insistió en que las elecciones del domingo no eran municipales y que sus datos "no son extrapolables, como no lo han sido nunca". A pedsar de ello, felicitó al PNV y calificó de "subrayable" su ascenso en la capital guipuzcoana. Atribuyó el incremento a que las elecciones se desarrollaron en clave "presidencialistas", dado que se elegía el Parlamento de Euskadi y su lehendakari, y "en estos casos el PNV suele tener una subida importante en votos".