Vitoria. A medida que se acerca la cita con las urnas, Álava gana protagonismo en campaña y ayer PP y PSE echaron el resto para ganarse a este territorio, en el que ambos radican sus últimas esperanzas de frenar la tormenta que amenaza sus intereses encuesta tras encuesta.
Los dos tiraron de debate identitario y modelo de país para hacerlo. Pero mientras los populares lo hacían mirando a España para pedir a los alaveses que sean la estacha que mantenga a Euskadi amarrada al dique español, los socialistas miraron hacia dentro denunciando el agravio comparativo con Bizkaia y Gipuzkoa que acusaron de haber protagonizado al PNV ante la pasividad del PP; los rivales frente a los que ayer se reivindicaron como adalides reales de la defensa de Álava.
Cada día más metido en su recién estrenado papel de cabeza de lista del PSE en el territorio en el que reside desde hace tres años y medio, Patxi López puso voz a este discurso desde Abetxuko, a donde llegó en tranvía. El símbolo, subrayó, del “compromiso” de su partido con este territorio, ya que el tren ligero se extendió durante un mandato socialista. Así llegó la primera reivindicación de que “con los socialistas en el Gobierno, a Vitoria y Álava les va mejor”. Y no sería la última. Le seguirían el desarrollo del Hiriko de Mercedes, la reforma del pabellón del Baskonia, el impulso del empleo juvenil en Aernnova, y hasta la designación de Vitoria como Capital Verde europea.
desinterés y marginación Frente a todos estos méritos que reivindicó para el PSE, no solo en exclusiva sino incluso actuando en muchas ocasiones “contra el criterio” de PNV y PP, López criticó el bagaje de estos partidos, a los que acusó de no estar interesados en “apostar por la modernización y el progreso de Álava” porque, añadió, “no tienen proyecto” para sus gentes. Y así, mientras insistía en que su Gobierno ha sido “el primero en poner a Álava y a Vitoria en el centro de sus prioridades” después de “años de marginación”, pasó al reproche directo contra aquellos a los que ahora “se les llena la boca” comprometiéndose con Álava. Contra “ese PP tan alavesista” al que acusó de abonarse al “silencio cómplice” ante las decisiones con las que Rajoy perjudica los intereses de Álava, y de fomentar el “populismo xenófobo” en su esfuerzo por arañar votos. Y contra un PNV que, según afirmó, “apuesta por la excelencia clínica en Gipuzkoa y Bizkaia” pero “por una atención hospitalaria de tercera” en Álava al rechazar su propuesta de abrir un Hospital Universitario en la capital.
“Me niego a tener un país con distintas velocidades”, y el PSE será el único garante de que Álava esté “a la altura de los otros territorios”, reiteró aún una última vez, antes de reprochar a PP y PNV que no entren en estos debates reales y prefieran seguir escondiéndose tras la “noria” del debate identitario y de la independencia que entre ambos, dijo, propulsan “retroalimentándose” el uno al otro.
personas sin corsé Lejos ya de Vitoria -a donde volverá hoy para mantener la tensión electoral en este territorio-, ésta fue la línea que le permitió ahondar en la postura que defiende ante un hipotético cambio de status jurídico-político.
Desde Bilbao, arropado por representantes de diversos sectores sociales, López entró en este terreno aunque de refilón. Demostrando que, como explica en sus discursos, no se quiere perder en estos “fangos”.
Y para hacerlo cambió el enfoque, trasladando el protagonismo del pueblo al ciudadano. “Sin ciudadanía no hay derechos ni libertad para las personas”, dijo. Y así, recorrió la senda que había abierto Jesús Prieto; el profesor que rompió el hielo en este acto y que aseguró que “quienes reivindican un discurso que se basa en la identidad y no en la ciudadanía son los verdaderos autores de las matanzas”, recordando “el ejemplo de Kosovo”, los nazis o el islamismo radical. Ésa es nuestra diferencia con el PNV, explicó López: que mientras el PSE defiende la ciudadanía y la libertad del individuo, otros quieren “uniformar” a la sociedad embutiendo a sus integrantes en “corsés” que les limiten a una sola identidad.
Zanjada esta aproximación al debate identitario, el candidato socialista llamó una vez más a todos los votantes “de izquierdas” a no desperdiciar su voto y a unir sus fuerzas tras la bandera del PSE.