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Nueve de cada diez familias eligen los modelos euskaldunes. Foto: Oscar Martínez

Hacia el multilingüismo desde el bilingüismo real del alumnado

El sistema de modelos ha sido fundamental para revitalizar el euskera

i.Alonso

Bilbao. El sistema de modelos lingüísticos A -castellano-, B -bilingüe- y D -euskera- es la espina dorsal del sistema educativo vasco en democracia. Tras casi 30 años de vigencia, los modelos han jugado un papel determinante en la euskaldunización de generaciones enteras de vascos, un camino que no ha estado exento de dificultades y esfuerzos compartidos por parte de las instituciones y la comunidad escolar. A día de hoy, nueve de cada diez familias elige libremente que sus hijos e hijas estudien en euskera, fundamentalmente en modelo D. En tres décadas se ha confirmado que la escuela es fundamental para la revitalización del euskera, pero como afirmaba recientemente en DNA el exviceconsejero de Política Lingüística, Patxi Baztarrika, "ni es suficiente ni tiene poderes ilimitados". No en vano, a día de hoy, un 25% del alumnado del modelo D, tras estudiar 10 años de enseñanza obligatoria en euskera, continúa estando en nivel inicial de euskera. Lo mismo ocurre al 42% del alumnado del modelo B y a un 86% del modelo A. En conjunto, solamente un 12% del alumnado vasco de secundaria se sitúa en nivel inicial en español.

Cada día que pasa es más apremiante la consolidación de un marco multilingüe en el que además de euskera y castellano, los estudiantes aprendan inglés e incluso una cuarta lengua con solvencia. Tras el intento fallido del experimento trilingüe del Gobierno de Patxi López, se abre una nueva etapa en la que todas las partes -formaciones políticas y agentes educativos- deben consensuar el nuevo marco lingüístico de la escuela vasca del siglo XXI. Tal y como señaló Baztarrika, el sistema educativo debería establecer "la consecución de objetivos concretos, evaluables y alcanzables en cada lengua", de manera que el nivel mínimo a alcanzar en las dos lenguas oficiales con carácter general debería ser el mismo (en el entorno del B2 a la finalización de la escolarización obligatoria) y un nivel inferior en inglés, sin renunciar a un umbral en una cuarta lengua, el francés. Y, en todo caso, afirmó: "el sistema trilingüe debe pivotar sobre la base del euskera, teniendo en cuenta nuestra realidad sociolingüística y la debilidad social del euskera".

Para Baztarrika, la mera evaluación del Marco de Educación Trilingüe (MET) implantado experiementalmente en un centenar de centros por el Departamento de Educación de Isabel Celaá es insuficiente y en su caso, podría servir de punto de partida para una amplia y prolongada experimentación antes a la generalización del trilingüismo "si se quiere ahuyentar riesgos innecesarios". Desde su punto de vista, esa experimentación previa, "necesita no tan solo tres años como el MET sino bastantes más, debería abarcar a la diversidad de redes educativas y de entornos sociolingüísticos, y debería identificar los recursos de todo tipo necesarios para garantizar que el cambio va a suponer mejores resultados que el sistema actual".

Así el próximo Gobierno deberá poner en marcha una acción planificada, con objetivos lingüísticos previamente establecidos para cada lengua, lo cual solo será posible si la cuestión se saca del debate partidista. En este sentido, Baztarrika señaló que un cambio de tanto calado debería ser objeto de estudio, debate y aprobación en foros más amplios que el ejecutivo: comunidad educativa y parlamento. "Ni una mera Orden de la consejera ni siquiera un decreto son procedimientos idóneos para establecer un nuevo marco educativo dirigido a sustituir el actual sistema de modelos lingüísticos que es producto de una ley del parlamento y ampliamente aceptado por la sociedad vasca durante las pasadas tres décadas", apuntó.

pasado y futuro

A día de hoy, nueve de cada diez familias eligen libremente que sus hijos estudien en euskera, sobre todo el modelo D

Tras el experimento fallido del trilingüismo de Celaá se abre una etapa para consensuar el nuevo modelo

El objetivo es crear un marco con el euskera como base y avanzar en el inglés e incluso una cuarta lengua vehicular