Vitoria. Su propuesta verde para transitar por la capital alavesa es un óptimo punto de partida en el diagnóstico de una ciudad que pretende caminar hacia la sostenibilidad a todos los niveles. El miembro y portavoz de la asociación Bizikleteroak, Rubén Rodríguez, desmonta los mensajes optimistas de campaña a golpe de pedal y con la vista puesta en la evolución de los principales proyectos para mejorar la movilidad en la urbe.
Después de dos décadas parece ser que estamos a las puertas de una nueva estación de autobuses. ¿Se lo cree?
Lo que conocemos es a través de los medios de comunicación, porque no conozco el proyecto en cuestión.
Se ha hablado mucho de su ubicación. ¿Considera que la plaza de Euskaltzaindia es el punto idóneo o es partidario de una estación en Lakua-Arriaga?
Echo en falta unos estudios técnicos imparciales, siempre se ha politizado todo por parte de los partidos. Partiendo de esta base, no puedo decir cuál sería mejor emplazamiento, porque no sé qué soluciones se les va a dar a los problemas en cada uno de ellos. No obstante, sí veo un problema en la rotonda de América Latina en lo que se refiere a la movilidad a pie.
¿A qué se refiere?
El Ayuntamiento está vendiendo que hay una movilidad a pie del 56%, pero en este punto solo se fija en la movilidad en coche. Sabemos que es una rotonda con mucho tráfico, pero según tengo entendido, alrededor de ese punto, a diez minutos a pie, viven 100.000 personas. Y creo que eso no lo han tenido en cuenta, porque los peatones tardan entre cuatro y cinco minutos en cruzar ese punto si respetan los semáforos y esquivan los embotellamientos de vehículos. Es un punto negro y con la estación en marcha el problema será mayor, por lo menos si vas a pie.
¿Quedan muchos flecos?
Ha faltado un consenso muy amplio, que creo que es necesario para este tipo de cosas. No se puede hacer las cosas de forma tan partidaria.
A la espera de ver construidos los nuevos proyectos, ¿qué nota otorgaría a las actuales estaciones?
Todos sabemos que la estación de autobuses tiene unas condiciones lamentables. En cuanto a la de tren, a mí no me disgusta que esté en el centro de la ciudad. En Burgos la han construido en las afueras y con ello han generado un importante problema de movilidad. Aquí también podemos mejorar la movilidad en relación al transporte público, porque no hay ninguno que te deje demasiado cerca de la estación. El ciclista cuenta con unos accesos que se pueden mejorar, mientras que el peatón se ve beneficiado al tratarse la calle Dato de una vía sin vehículos. En cuanto a la estación de Los Herrán, no es una calle como para que el viandante disfrute del entorno, y para el ciclista tampoco es demasiado adecuada, dado el elevado tráfico que hay.
¿Cómo cambiaría el soterramiento del ferrocarril la vida de los vitorianos?
Tengo muchísimas dudas de que el soterramiento se vaya a hacer. Es un pozo en el que se tiene que invertir muchísimo dinero y eso va a hacer que la ciudad se hipoteque durante muchos años. Hay otros proyectos que se podrían desarrollar en el centro y en los barrios periféricos, que muchas veces parece que no existen.
¿La división de Vitoria que proyectan las vías tiene un mayor componente psicológico que físico?
Hay fracturas mucho más importantes en la ciudad. En los barrios periféricos cuesta mucho más cruzar la antigua circunvalación que las vías del tren; en un semáforo igual puedes estar cinco minutos esperando en la mediana. Visualmente la vía férrea puede suponer una fractura grande, pero de movilidad y logística no lo es tanto.
¿Cuál debe ser nuestro referente en lo que a movilidad se refiere?
No tenemos la movilidad que tienen otros países como Alemania, Bélgica u Holanda, donde puedes acceder en bicicleta a la estación y subir con la bicicleta en el tren, vayas donde vayas.
¿Eso no es posible en Vitoria?
Algunos trenes sí lo permiten, pero para que se haga una idea, en el tren que nos une con Donostia solo se pueden subir tres bicis. Y cuando llegue el TAV, seguro que ni eso.