Vitoria. Las encuestas sitúan a PNV y EH Bildu al frente de las preferencias de los vascos. Y eso tiene un precio. La campaña electoral puesta en marcha por los socialistas se aleja notablemente de los habituales parámetros del candidato a la reelección y se ajustan a la pugna contra el rival a batir que se asocia a una situación opositora.
El lehendakari, Patxi López, ratificó ayer estas señas de identidad en pleno centro de la capital donostiarra. La plaza invitaba a verter críticas contra los gestores de la ciudad y el territorio histórico, pero tras las andanadas que recibió Bildu por su andadura al frente de las dos principales instituciones guipuzcoanas el aspirante socialista se destapó de nuevo como azote jeltzale. “Si hoy Gipuzkoa está paralizada, se lo debemos al PNV y solo al PNV”, argumentó. Esta máxima exprimida desde la antesala electoral está estrechamente ligada al sentir socialista de que la formación liderada por Iñigo Urkullu “ha entregado la llave” del territorio a la izquierda abertzale.
Y no solo eso, sino que el PSE está convencido de que en la nueva legislatura el PNV, lejos de ser el “freno” a las directrices independentistas que la plancha liderada por Laura Mintegi quiere imprimir a Euskadi, será “su prisionero”, un augurio que López resumió frente a sus simpatizantes con un taxativo: “Bildu manejará al PNV en su ruta soberanista”.
Ante este escenario, el PSE se presenta como alternativa al nacionalismo y sus pretensiones o, lo que es lo mismo, el muro que evite cualquier fuga hacia el independentismo. Así lo manifestó Felipe González este sábado en Barakaldo y así lo reiteró ayer Patxi López en Donostia.
No fue la única coincidencia con la intervención socialista en tierras vizcaínas. El candidato a la reelección también hizo hincapié ayer en la nueva situación creada tras el fin de la actividad armada anunciada por ETA hace un año, un logro de “la democracia” que el PSE exhibe inexorablemente en cada una de sus intervenciones de campaña. En este frente sitúa, más que en la propia gestión, el mensaje critico con EHBildu, al lamentar que “los que durante tanto tiempo han negado la libertad y la democracia en Euskadi nos dicen ahora que son los que han traído la paz”. López insistió en que “ellos fueron lo que permitieron el dolor y el sufrimiento en este país”, “los que sostuvieron el terror” en oposición a los que “resistimos y defendimos la democracia en Euskadi”.
Y junto a este mensaje, el secretario general de los socialistas vascos también puso sobre la mesa críticas que de nuevo recuperaron las palabras de Barakaldo y alumbraron un discurso de vascos “de primera y de segunda”, esta vez responsabilizando a Bildu de la marginación en lugar de a la formación jeltzale como sucedió en tierras vizcaínas. Diferente destinatario pero idéntico reproche a quienes, según López, “han empezado a clasificarnos en buenos y malos vascos; los de aquí y los de allí, los nuestros y los otros, los que hablan euskera y los que no”.
En lo que respecta al ámbito económico, el aspirante socialista aseguró que si Urkullu toma las riendas del próximo Gobierno Vasco emulará a Rajoy en sus decisiones y aplicará el recorte como método de trabajo para cuadrar las cuentas de la Administración autonómica. “Ahora nos dice que hay que hacer sacrificios, después recortará los servicios públicos y los sueldos de los funcionarios y las prestaciones sociales”, apuntó López.
Frente a este modelo, el actual lehendakari insistió en que no recurrirá a los recortes para mantener la calidad de vida de los residentes en la CAV y apuntó a otras fuentes de ingresos que palíen los azotes de la crisis como la lucha contra el fraude fiscal.