Bilbao. ¿Hay guerra sucia en la Ertzaintza? Es una pregunta dura que espera la respuesta de un juez. Lo que sí hay es una denuncia de un mando de la Policía vasca por una "actividad policial de vigilancia, control y seguimiento no sujeta a ninguna investigación policial ni judicial", y un informe del Ararteko que reprende al Departamento de Interior por no investigar de forma suficiente esta grave acusación y por desestimar pruebas relevantes para su esclarecimiento. En palabras del defensor del pueblo vasco, "la actividad investigadora que ha realizado el Departamento de Interior es notoriamente insuficiente. [...] La investigación no ha agotado todas las posibilidades indagatorias al alcance del Departamento ni este ha aportado una explicación satisfactoria y convincente acerca de las dudas sobre la correcta actuación policial". La consejería tiene en marcha otra investigación por la muerte de Iñigo Cabacas tras un pelotazo de un agente.
El mando en cuestión, Xabier Landa, fue destituido como jefe territorial de Gipuzkoa poco después de la llegada de Ares. "Le tenían ganas", aseguraron entonces a este periódico compañeros de la Policía vasca. Integrante de la primera promoción, no era un empleado cómodo. Con motivo de la cumbre de ministros europeos que se celebró en Donostia, Landa expresó su malestar a la cúpula de Interior por el trato que recibió la Ertzaintza esos días; las fuerzas de seguridad del Estado invadieron la mayoría de sus competencias. Interior también le consideró responsable de que un correo electrónico de José Antonio Varela, director de la Ertzaintza, acabara publicado en este diario. Varela instaba a la División de Inspección y Administración a realizar una auditoría en todos los centros oficiales del Cuerpo para comprobar la presencia de la bandera española y la foto de Patxi López. Varela aludía con cierta mofa a Ibarretxe en dicho correo. "Creo que en la UTAP de Tráfico de Álava todavía tienen la foto de un joven lehendakari (en aquel tiempo) llamado Juanjo".
control de alcohol La publicación íntegra de la nota en este diario irritó a Lakua. Los socialistas exigieron cabezas y buscaron la de Landa, quien admitió que reenvió dicha nota -que le había llegado del inmediato superior y que no tenía restricciones de acceso- a todos los jefes de comisaría de Gipuzkoa, tal como hacía con otras similares. También fue denunciado por varios ertzainas por "revelación de secretos e infidelidad en la custodia de documentos", ya que envió a sus subordinados y superiores documentos internos sobre un conflicto abierto en la comisaría de Hernani entre varios agentes y mandos intermedios que no querían usar el euskera en las comunicaciones de radio ya que consideraban que vulneraba sus derechos lingüísticos. La Audiencia Provincial de Gipuzkoa le absolvió. Le quitaron de la Jefatura Territorial y le destinaron a la nueva comisaría conjunta de Hendaia.
Aquel 14 de abril de 2010, Landa celebró un pequeño ágape de despedida con los compañeros. En la madrugada del 15, una patrulla de paisano le dio el alto cuando conducía su coche oficial por Irun y le sometió a un control de alcohol. Positivo, juicio y sanción. La versión oficial asegura que la patrulla realizaba tareas propias de la seguridad ciudadana cuando observó, sobre las 2.27 horas -la hora es clave-, un coche que circulaba a una velocidad anormalmente reducida. El relato añade que la patrulla siguió al vehículo, que comprobó que realizaba maniobras irregulares, que colocaron los rotativos luminosos para darle el alto y que como no aminoró la marcha le adelantaron y se cruzaron en su camino. Una segunda patrulla, uniformada y en coche oficial, le cerró el paso.
El mando intuyó algo raro en el proceder de los agentes. Posteriormente, varios compañeros le advirtieron de que la actuación policial que constaba en documentos oficiales podría no corresponder con la actuación policial real llevada a cabo e inició su propia investigación. Las indagaciones del nagusi encontraron pruebas. Y las pruebas terminaron en cuatro peticiones oficiales al Departamento para que investigara de forma oficial "una actividad policial de vigilancia, control y seguimiento no sujeta a ninguna investigación policial ni judicial", tal como escribió el propio Landa a Interior y al Ararteko. A esas cuatro peticiones se unieron otras dos: la del comisario que le acompañaba y la del propio comisario jefe de la Ertzaintza en Irun.
grabaciones Landa tuvo ocasión de escuchar en el Centro de Mando y Control de la Ertzaintza en Gipuzkoa (Ardatz-CMC en el argot) las grabaciones de las conversaciones entre los vehículos policiales intervinientes en su actuación. También pudo visionar las imágenes de varias cámaras de seguridad de Irun, entre ellas las del aparcamiento subterráneo del Paseo de Colón en el que tenía estacionado su coche oficial, un Volkswagen Jetta gris.
En los registros de voz, a las 2.00 horas -27 minutos antes del encuentro "oficialmente casual" que recoge el atestado oficial-, un ertzaina dice por radio: "Están aquí, a la altura del Topo, casi enfrente donde está la Avenida Gipuzkoa". Dos minutos más tarde, otro coche responde: "Ya, eh, ¡objetivo a la vista! ¿No irán a coger el coche?". A las 2.15 horas, el mismo coche emite: "Sale uno hacia el Paseo de Colón". A las 2.16 horas, queda registrado: "Me parece un Jetta".
En las grabaciones del aparcamiento se comprueba que en ese lapso solo salen dos vehículos, los de Landa y el otro comisario. Ambos se encontraban en los lugares mencionados en las conversaciones internas. En los documentos oficiales de actuaciones policiales de aquel día -denominadas Actuación Zutabe y cuyo registro informático es obligatorio-, en cambio, no consta registrada ninguna actividad policial de control, vigilancia y seguimiento que se ejerciera en dicha zona y a esa hora sobre otras personas o vehículos. Por tanto, ambas patrullas hablaban de ambos mandos, utilizando terminología policial de labores de vigilancia, control y seguimiento hacia personas o vehículos que son considerados objetivos de una intervención policial o judicial. Y lo hacían 27 minutos antes del inicio de la actuación policial oficialmente registrada, en la que fue interceptado por conducir de forma anormal.
presunto falso testimonio Otra de las pruebas que aportó el mando a Interior y al Ararteko es el presunto falso testimonio de uno de los dos ertzainas que le detuvieron. Casualmente, este agente fue expedientado por un comisario bajo las órdenes de Landa. Le sorprendieron dormido en horas de trabajo y le abrieron un expediente disciplinario. Este ertzaina declaró al juez bajo juramento que antes de participar en el operativo contra el ex jefe territorial atendió un incidente en una discoteca de la zona, a escasísimos metros de la única salida del parking de Colón, lo que desmontaría la teoría de la vigilancia y control. En el registro oficial de actuaciones no consta que ni él ni su compañero de patrulla participaran en la actuación en la sala de fiestas; sí consta la de otros agentes. Según las grabaciones de aquella madrugada, este agente ocupaba el coche del que salió la frase: "¡Objetivo a la vista!".
Con estas pruebas en su poder, Landa solicitó hasta cuatro veces una investigación "profesional, seria y rigurosa" a Interior. Dos años después, todavía no tiene respuesta oficial. "Observo con desazón y resignación que los responsables del Departamento de Interior, por motivos que desconozco pero que desde luego no son los de la transparencia en la gestión de la Administración pública ni la defensa de derechos fundamentales, ni siquiera el cumplimiento de aquello que la Ley le exige, nunca ha tenido ni tiene a día de hoy, y esto se llama arbitrariedad, la intención de investigar lo que la propia Ley le exige", se quejó al Ararteko. "No se ha investigado nada porque no se ha querido investigar, por pura arbitrariedad y por intereses que desconozco pero que nada tienen que ver con la transparencia de la gestión de la Administración pública y con la defensa de los derechos de los administrados", añadió.
El informe del Ararteko, de 21 páginas y al que ha tenido acceso este diario, descalifica el proceder de la consejería de Ares, que se encuentra inmersa en la investigación por la muerte de Iñigo Cabacas. Las irregularidades a las que alude el defensor del pueblo vasco dejan en evidencia la falta de control interno del Cuerpo. El Ararteko exigió a Interior que investigara exhaustivamente, que analizara las pruebas que presentaba Landa y que agotara todas las posibilidades para esclarecer lo ocurrido. Interior le respondió que la Unidad Disciplinaria inició una investigación el 14 de mayo de 2010, pero no le informó del resultado. "La información que nos facilitó se limitaba esencialmente a hacer una recapitulación de los argumentos y de las pruebas en las que el reclamante fundamentaba su queja, a descartar que los hechos hubieran sucedido como este señalaba", puntualiza la oficina de Lamarca.
Interior rechazó tomar declaración a testigos porque "no parece que estas personas puedan aportar información que permita desacreditar la versión de los agentes...". Sobre las grabaciones de las cámaras del parking y de la Policía Municipal, entendió que "no se consideran relevantes para valorar los hechos que se analizan". Tampoco vio relevante el justificante de pago del aparcamiento con la hora de salida. Sobre el posible falso testimonio de un agente, dijo que "se trata de la documentación de la que ya se disponía en la División de Inspección y Administración". Y concluyó: "Nada permite sostener que los hechos se produjeran de distinto modo, por lo que no cabe establecer ningún tipo de reproche penal (los órganos judiciales no lo apreciaron) ni administrativo (no hay prueba de que se haya cometido infracción disciplinaria alguna)". La Consejería de Ares puntualizaba en su respuesta al Ararteko que ningún agente recibió indicaciones de actuar como denuncia el mando. Sin embargo, tal como constata el defensor, la actividad policial se llevó a cabo sin el conocimiento del jefe de la comisaría de Irun ni del jefe de operaciones del turno de noche. ¿Por orden de quién?
hipótesis y hechos El Ararteko ratifica que ninguna de las cuatro solicitudes de investigación oficial han sido contestadas por Interior y subraya las carencias: "A la vista de la información que nos ha proporcionado Interior estimamos que la investigación de los hechos no se ha adecuado a las pautas. No ha agotado todas las posibilidades razonables de indagación a su alcance para esclarecer lo ocurrido. No ha tenido en cuenta varias de las pruebas que el interesado ha presentado y propuesto. Ha descartado formalmente algunas de las pruebas apelando genéricamente a su falta de relevancia, sin explicar las razones concretas... La actividad investigadora que ha realizado el Departamento es notoriamente insuficiente".
Interior citó en su informe una frase de una sentencia de la Audiencia de Gipuzkoa sobre el delito contra la seguridad de Landa en la que decía: "La actuación policial resulta irreprochable". "Nos parece obligado aclarar que esa expresión se refería estrictamente al delito que se imputó al interesado -alcoholemia-, no a la supuesta actividad ilegal de seguimiento que denuncia", matiza el defensor del pueblo, quien añade: "No resulta aceptable que se elaboren hipótesis sobre cómo se desarrollaron unos hechos cuando existen elementos que pueden contrastar objetivamente y aportar certeza".