amurrio. La segunda jornada de las fiestas patronales de Amurrio no sólo tendrá como protagonistas a los niños y niñas de hoy, sino también a la juventud de ayer que, fiel a sus costumbres, iniciará su día grande con la entrega del bastón de mando de la villa a la persona de más edad, que desde ese momento se convertirá en el alcalde del lugar y encabezará la comitiva que, a ritmo de trikitixa, le conducirá hasta la parroquia de Santa María, donde asistirá a la tradicional misa cantada por la coral Mariaka.
Tras cumplir con la patrona, Nuestra Señora de la Asunción, muchos serán los que se acerquen hasta la residencia San Antón de Armuru para visitar a viejos amigos y conocidos que, por circunstancias de la vida y la edad -que no perdona- no pueden salir a las calles para disfrutar del jolgorio.
El resto irá invadiendo la plaza Juan Urrutia para dar buena cuenta del no menos tradicional aperitivo que le prepara, año tras año, la Asociación Familiar Villa de Amurrio, a base de embutidos, queso, patatas fritas, aceitunas, mosto y vino blanco.
Comida en el frontón De amenizar este lunch se encargará Francisco Villar y el grupo de mariachi Real Gala. Después, todos los aitites y amamas del lugar pasarán al frontón municipal para disfrutar de una comida de hermandad.
La fiesta de los jóvenes de ayer culminará, a partir de las 16.00 horas en la zona peatonal de la calle Larrinaga, con unos bailables a cargo de la formación Nueva Presión. Aunque aquellos que aún tengan el cuerpo para chufla podrán acercarse hasta el entorno de la escultura Guk del parque, a partir de las 19.00 horas, para asistir al gran concierto de txistularis organizado en colaboración con la escuela de música, un grupo de bertsolaris y un combo musical. Una oportunidad de oro para apreciar la cantera de músicos local.
Por su parte, los veteranos de las cuadrillas celebrarán su XXIII Betikoen Eguna el jueves 16 de agosto, con una misa en la ermita del patrón San Roque, a las 13.00 horas, que sellarán en torno a una buena mesa "en el restaurante de costumbre". Buen apetito.
Como no podía ser de otra forma, las fiestas amurrioarras reservan un lugar especial para sus mayores, esos jóvenes de ayer como se gustan en llamar que por un día olvidan su rutina para salir a la calle y disfrutar en compañía de familiares y antiguos compañeros de jarana. Una jornada repleta de recuerdos para los aitites y amamas que bien merecido tienen tal homenaje.