parís. A seis días de celebrar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, el candidato socialista (PS), François Hollande, lograría la victoria con un 54% a pesar de que el actual presidente, Nicolas Sarkozy (UMP), ha conseguido recortar la distancia que les separa en intención de voto y obtendría el 46%, según un sondeo publicado ayer por LH2-Yahoo!
De acuerdo con los nuevos resultados aunque Hollande continúa como favorito la distancia con Sarkozy sería de ocho puntos, cuatro menos que en los datos del anterior sondeo, en la que todo apuntaba a que Hollande ganaría con una amplia ventaja de 12 puntos.
Con respecto a las diferencias de voto entre la primera y la segunda vuelta el principal debate se centra en los votantes de los candidatos que han quedado eliminados. En este sentido pueden ser decisivos los votos de los que apoyaron en la primera vuelta a la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, que no ha querido pedir el apoyo expreso para Sarkozy. Según la encuesta, el 45% de sus seguidores apoyarán también al actual presidente mientras que el 20% respaldará a Hollande pero queda por determinar que hará el 35% restante.
Por otra parte, Nicolas Sarkozy, cuenta con una "participación masiva" y una "movilización nunca vista" para ganar la segunda vuelta del próximo domingo. En una entrevista que publicó ayer el diario Le Parisien, el presidente saliente afirma no creerse los sondeos que le dan derrotado por, al menos, seis puntos y recuerda que ya en la primera vuelta se confundieron al no prever una alta participación, que rozó el 80%. "Subestimaron la abstención. Es dramático. Hay un fenómeno nuevo, que el 26% de los sondeados han rechazado responder. Siento subir una movilización que no he visto en toda mi vida política. Y, después de la primera vuelta, ha subido un escalón. Habrá una participación masiva", afirmó Sarkozy.
Por otro lado, Las sospechas de que Muamar el Gadafi pudo financiar la campaña de Nicolas Sarkozy en 2007 y la reaparición del exministro socialista Dominique Strauss-Kahn, han sacado los trapos sucios en la recta final de la campaña presidencial. Los partidarios de Sarkozy y del candidato socialista, François Hollande, se lanzaron acusaciones cruzadas con estos dos casos que han desviado la atención de la campaña mientras se celebrababan dos grandes mítines en París y en Toulouse.
Con respecto a la afirmación de que Gadafi pagó la campaña de Sarkozy en 2007, éste consideró esas acusaciones como "una infamia" ayer en la televisión Canal+, mientras que su primer ministro, François Fillon, acusó al medio de comunicación de ser "un laboratorio financiado por los amigos ricos de Hollande".