Vitoria. Apenas una hora. Eso es lo que duró ayer el encierro en el Parlamento Vasco que, acompañado de un ayuno, quería denunciar la puesta en marcha el próximo 3 de mayo del juicio contra las 13 personas imputadas en el proceso contra Demokrazia 3 Milioi y Askatasuna; las dos formaciones que la Ley de Partidos se llevó por delante a las puertas de las pasadas elecciones autonómicas. "Nuestra intención es dar cobijo a quienes serán procesados por poner en práctica sus derechos"; aquéllos para los que piden penas de entre 7 y 9 años de cárcel bajo "la excusa" del todo es ETA sólo por presentar una candidatura electoral, decían Amparo Lasheras, Txerra Bolinaga e Imanol Olabarria, banderas ayer de esta iniciativa, que acto seguido anunciaban su intención de aprovechar la invitación de Aralar y EA y quedarse hasta el viernes en la misma sede parlamentaria de la que la Ley de Partidos excluyó, según calcularon, a los siete diputados que hubiera tenido este grupo.

Protestar contra esta situación "es una urgencia" de justicia, subrayaron, argumentando que lo que se ataca con este tipo de procesos son los propios "derechos civiles y políticos que posibilitan la disidencia". Y en consecuencia, reclamaban al Estado que pusiera fin a su "actitud negadora" en tres actos: suspender "los juicios políticos", liberar a quienes están presos "por ejercer sus derechos", legalizar a todos los grupos ilegalizados en la última década y derogar "la legislación de excepción" que alimenta este escenario.

Desalojo inmediato Acababa la rueda de prensa que dieron acompañados de Juanjo Agirrezabala y Dani Maeztu subían a su despacho para iniciar su protesta. Pero la presidenta de la Cámara, la popular Arantza Quiroga, tenía otros planes.

Una docena de ertzainas de paisano irrumpieron en el grupo de Aralar para poner fin a esta iniciativa casi antes de que se pusiera en marcha. Según relataba para DNA Txerra Bolinaga, miembro de Plazara! y uno de los tres participantes, los agentes no dejaron lugar a la duda: "O salen ustedes por su propia voluntad o les sacamos a la fuerza". Y como su intención "no era montar un número", añade, tras algunos forcejeos abandonaron la Cámara.

Abortada esta vía, con la que querían convertir el Parlamento en un "foco de denuncia" desde el que explicar su situación a los grupos y recabar apoyos, se sumaron a la acampada de la Catedral, donde los tres mantendrán su ayuno y recibirán la visita de sindicatos y partidos.