vitoria. El presidente del araba Buru Batzar del PNV, Iñaki Gerenabarrena, aspira a repetir en su puesto, que ha ostentado durante la última década, y ayer se dejó querer para que las bases le otorguen el respaldo que necesita. "En este momento estoy abierto a aceptar", confesó el líder jeltzale.
A decir por esta predisposición, no parece que Gerenabarrena esté dispuesto a tirar la toalla, a pesar de que al final de su actual mandato Gerenabarrena ha vivido en primera persona la presión del caso Miñano -en el que están imputadas destacadas personas de su círculo como Alfredo de Miguel o Aitor Telleria- y a pesar de que el sector crítico del PNV alavés ganó la batalla en la elección de representantes en el Euzkadi Buru Batzar, órgano nacional del partido al que accedieron Gonzalo Sáenz de Samaniego y Pilar García de Salazar.
El presidente de la ejecutiva alavesa del PNV defendió ayer ante los micrófonos de Radio Vitoria que la presunta trama de corrupción del caso Miñano no le supone hándicap alguno a la hora de postularse de nuevo para el cargo, especialmente después de que la comisión de investigación abierta en el Parlamento Vasco exculpara al partido en los hechos que se encuentran todavía bajo instrucción judicial.
El PNV alavés está a punto de iniciar su complejo proceso de designación de candidatos para la renovación de sus órganos de dirección -en teoría debería culminarse en este primer trimestre del año-, al que apeló Gerenabarrena para sacudirse la presión que recibe desde dentro y fuera del partido. "Uno no se presenta, sino que le presentan, las decisiones que toman los demás no son las de Iñaki Gerenabarrena, y si en el partido hay gente que entiende que la labor en estos diez años del ABB es buena, que yo puedo ser una persona que pueda seguir gestionando desde la presidencia el partido y se pone mi nombre encima de la mesa, tendré que decir si lo aceptó o no".