vitoria. La eurodiputada del PP y exvicepresidenta balear, Rosa Estarás, inculpó ayer a su exjefe, Jaume Matas, en la autorización del concurso público que supuestamente encubrió los pagos al periodista que le escribía los discursos, un contrato del que ella misma se desvinculó. "La tónica normal es que la tramitación de este contrato tenga el consentimiento del presidente y todos pensábamos que tenía este consentiminto", dijo la que fuera mano derecha de Matas durante su declaración ayer como testigo en el juicio de la pieza del caso Palma Arena referida a los contratos del periodista Antonio Alemany.

Aunque ella firmó el concurso, que se adjudicó a la agencia Nimbus para una serie de trabajos que nunca se presentaron, ayer se desvinculó de él y atribuyó su impulso a la Presidencia y a la Dirección General de Comunicación. "Yo ni entro, ni salgo, ni participo, ni impulso, ni estoy, ni nada", aseguró respecto al contrato "pantalla".

Preguntada acerca de si alguna vez se interesó por los resultados de este contrato, por el que Nimbus debía analizar la imagen pública del Govern, dijo: "¿Por qué le voy a pedir (a Matas) algo que había decidido él? Además, la comunicación era un tema muy directo del president".

firma Estarás explicó aue su firma aparece en el concurso por una cuestión "formal" de organigrama del Govern, ya que de su departamento dependía jerárquicamente el de Comunicación, que servía de facto a Presidencia e incluso estaba en el mismo edificio que el despacho de Matas. La eurodiputada insistió en que no supo nada del concurso y, respecto a Matas, apostilló varias veces que "lo habitual" es que contara con el beneplácito del presidente: "Cuando trabajabas allí no podías pensar que eso no era así".