Vitoria. El veto impuesto por el Partido Popular a Amaiur, impidiendo que la formación liderada en el Congreso por Iñaki Antigüedad formara grupo propio con sus siete aforados, sigue coleando en la Cámara baja ahora que toca ultimar el funcionamiento que regirá esta incipiente legislatura. Seis de los ochos partidos que engloban el variopinto Grupo Mixto han reclamado que tanto la coalición abertzale como los catalanes de ERC -entre ambos partidos presentan 10 de los 19 escaños totales que suman junto a BNG, CC, Compromís, Foro Asturias, UPN, Geroa Bai- constituyan un "subgrupo" que no impida a los demás diputados disfrutar de los tiempos oportunos en los debates parlamentarios.

Por ejemplo, desde Coalición Canaria se acusa a vascos y catalanes de formar una "pinza" que ha permitido, entre otras cosas, que la coalición abertzale se haya quedado con la portavocía de las principales comisiones parlamentarias y que tenga hueco como adjunta en en aquellas en las que no es titular.

Otro de los aspectos denunciados es que los partidos con menor representación se han quedado sin voz en la Diputación Permanente durante toda la legislatura, al negarse Amaiur y ERC a que estos puestos fueron tuvieran carácter rotatorio.

La intención de los pequeños del Grupo Mixto es, por tanto, solicitar al presidente del Congreso, Jesús Posada, que emule a su antecesor en el cargo en la legislatura 1986-1989, el dirigente socialista Félix Pons, quien permitió en esa época constituir tres agrupaciones de diputados dentro de un Grupo Mixto muy numeroso tras la ruptura de la coalición entre AP y sus socios democristianos y liberales, y la formación de Izquierda Unida.

Entonces encabezaron la división las formaciones con más de cinco escaños, requisito que hoy en día sólo cumple Amaiur.