VITORIA. Entraba dentro de la lógica que el PSE tuviera una cuota de protagonismo en la pugna que dirimirá a comienzos de febrero en Sevilla el relevo de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del PSOE. La tiene porque Euskadi es precisamente la única comunidad autonómica que queda en manos de los socialistas -sin contar su histórico feudo de Andalucía, que se prepara para unas elecciones en marzo en las que a la luz de todos los sondeos y de los últimos comicios el PP apartará a José Antonio Griñán de la Presidencia de la Junta-, pero también por el papel que el lehendakari y líder de los socialistas vascos, Patxi López, tuvo tras las municipales de mayo en el proceso que desembocó en el descarte de las primarias para elegir al candidato a las generales y en la designación para ese puesto de Alfredo Pérez Rubalcaba.

De hecho, entre los avales presentados por Rubalcaba para optar a la Secretaría General del PSOE en el Congreso Federal que tendrá lugar entre el 3 y el 5 de febrero en la capital andaluza figura precisamente Patxi López, pero también otros importantes representantes del PSE-EE como los consejeros Isabel Celaá e Iñaki Arriola, el exministro Ramón Jáuregui y el portavoz en el Parlamento Vasco, José Antonio Pastor. Un respaldo que evidencia una posición mayoritaria dentro del socialismo vasco a favor de la candidatura del exministro del Interior -especialmente si no concurre ninguna otra candidatura- que, sin embargo, no parece monolítica. Al menos en el socialismo alavés, donde reaparece en un primer plano el que fuera secretario general del partido en el territorio y expresidente del Senado, Javier Rojo, integrado ya oficialmente dentro del equipo político de la otra aspirante, la exministra de Defensa Carme Chacón, que fue presentado ayer.

La posición de Rojo contaría con otros respaldos dentro del socialismo alavés, aunque no sea unánime y, de hecho, otros integrantes del partido parecen inclinarse por la opción de Rubalcaba. La fecha clave, en cualquier caso, para dirimir la posición del PSE alavés en la batalla por la Secretaría General del PSOE será el próximo 21 de enero, fecha prevista inicialmente para la celebración del congreso extraordinario territorial en el que serán elegidos los tres delegados que Araba enviará al Congreso Federal de Sevilla, además de aprobadas, en su caso, las enmiendas a la ponencia marco.

Bizkaia enviará 13 delegados y Gipuzkoa, seis. Previamente, a lo largo de esta semana, se están celebrando las distintas asambleas locales -nueve en el caso alavés, dos correspondientes a Gasteiz- encargadas de elegir a los participantes en ese congreso territorial. Así, 22 delegados vascos se citarán en Sevilla del total previsto de 956, poco más del 2% frente al 25% del plenario que representa la federación andaluza.

El papel de Madina Otra parte de la cuota de protagonismo vasco de cara a este 38 Congreso ha recaído en el secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, el diputado vizcaíno Eduardo Madina, cuyo nombre ha aparecido en algunas quinielas como posible tapado en la carrera por suceder a Rodríguez Zapatero. En cualquier caso, el propio Madina descartó ayer en una entrevista en TVE esta posibilidad: "Me parece una grandísima noticia que haya gente que se vea capaz y que tenga la ilusión que los dos están demostrando por dirigir este partido y por conducirlo a su futuro en los próximos años. Yo no la tengo, no creo medir tanto como para dirigirlo y ése es mi planteamiento desde que terminaron las elecciones".

Madina evitó pronunciarse a favor de ninguno de los candidatos, reivindicando su decisión, por el cargo que ocupa en la Cámara Baja, de mantenerse neutral. Pero a lo que no cerró la puerta, quizá porque es un horizonte aún lejano, es a otra de las apuestas que se han manejado en las quinielas políticas: la hipótesis de que pueda optar a la candidatura a la Presidencia del Gobierno. "Probablemente habrá una convocatoria de primarias", se limitó a aventurar para añadir, eso sí, que él "no forma parte de la nueva religión de las primarias".