Vitoria. El líder del PP y próximo presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, consiguió ayer, apenas dos días después de su aplastante victoria electoral en las urnas, la proeza de aunar en su contra la postura de la mayoría de partidos políticos vascos. Las formaciones de la CAV, a excepción del PP, coincidieron en mostrar su contrariedad, en mayor o menos grado, a la decisión de apartar a Amaiur de la ronda de contactos previa a la investidura que prevé celebrar Rajoy con los partidos que han logrado representación parlamentaria.
Además de, obviamente, los propios partidos que conforman la coalición soberanista, PNV, PSE e, incluso, el propio Gobierno Vasco, salieron a la palestra para poner en cuestión la idoneidad de la decisión. Es decir, Rajoy ha conseguido en dos días poner de acuerdo a dos partes, socialistas por un lado, y jeltzales y Amaiur por el otro, que incluso ayer seguían a la gresca con la posibilidad de un adelanto electoral en la CAV.
En la práctica, la decisión de apartar a Amaiur de la ronda de contactos supone disipar de un plumazo las buenas vibraciones creadas durante la campaña por el nuevo inquilino de Moncloa respecto a la problemática vasca.
La escasa belicosidad mostrada por el líder popular en esta materia, en contraste con otras voces de su partido, daban pie a creer que Rajoy podría gestionar con acierto tanto el nuevo escenario abierto tras el cese definitivo de la actividad armada de ETA como las consecuencias del conflicto. Sin embargo, el veto a Amaiur, de entrada, supone un jarro de agua fría a dichas esperanzas.
Por todo ello, la reacción a ambos lados del arco político vasco fue similar. La de Idoia Mendia, portavoz de Lakua, fue quizás una de las voces más reseñables del día. "Rajoy debería mantener relaciones institucionales formales con todos los representantes de los ciudadanos", declaró en referencia a la cuestión. La también consejera de Justicia opinó que la decisión parece una "contradicción", puesto que existen otros partidos "incluso contrarios a la Constitución y con los que sin embargo se mantienen relaciones".
José Antonio Pastor, portavoz del PSE, también orientó su discurso en esta línea, dejando claro que ellos no hubiesen hecho lo mismo. "Rubalcaba se hubiera entrevistado con todos los partidos con representación parlamentaria", destacó Pastor. Y también los socialistas guipuzcoanos recordaron que Amaiur "es una coalición democrática que ha tenido un importante respaldo de la ciudadanía, no debería haber ningún problema con ellos".
Por su parte, el presidente del Euzkadi Buru Batzar, Iñigo Urkullu, recordó que la coalición de la que forman parte izquierda abertzale, Eusko Alkartasuna, Aralar y Alternatiba tiene "una representación absolutamente legítima en función de los votos de los ciudadanos", por lo que censuró que se la dejé fuera de la ronda de contactos. Así, en una entrevista en Radio Euskadi, el líder jeltzale incidió en que la formación popular tiene que recorrer "un camino" que le lleve a darse cuenta de que parte de la sociedad vasca opta y vota por la sensibilidad política que representa Amaiur.
Mientras, desde el PP guipuzcoano trataron de quitar hierro al asunto. Su secretario general, Juan Carlos Cano, explicó a este periódico que no se va a crear un "telón de acero" entre el Gobierno español y la coalición soberanista a lo largo de la legislatura porque "la relación va a ser normalizada", aunque supeditó dicho cambio a los movimientos de Amaiur. "Todavía no se ha despegado de la herencia de ETA, aún estamos en ese primer paso", manifestó.
petición a rajoy Parte involucrada, la izquierda abertzale opinó ayer que el PP, con decisiones como el veto a Amaiur, denota "falta de adaptación" al nuevo escenario abierto en Euskal Herria. Los portavoces de esta sensibilidad política, Pernando Barrena y Maribi Ugarteburu, que comparecieron en rueda de prensa para valorar los resultados de los comicios del pasado domingo, advirtieron que "quien quiera hacer política obviando esa realidad se equivoca de plano", por lo que optaron por restar importancia a las declaraciones de diversos dirigentes populares.
Además, pidieron al próximo presidente del Gobierno español que actúe con responsabilidad, ya que "tiene un problema en Euskal Herria". Por ello, pidieron al presidente del PP que "haga frente a las raíces históricas del conflicto y apueste por la solución". "Si es ésta su disposición, tienen tendidas las manos de los soberanistas e independentistas de nuestro país".
También EA y Alternatiba emitieron sendos comunicados incidiendo en esta línea. El diputado de EA Rafa Larreina, por ejemplo, se mostró confiado de que PP y Amaiur tendrán "relaciones normalizadas dentro de poco".