Vitoria. Finalmente, el acuerdo no ha sido posible. Tras varias semanas de negociación a contrarreloj, el Gobierno Vasco no ha conseguido convencer a Eusko Alkartasuna y PP de que se sumen a la celebración del Día de la Memoria y el Ejecutivo decidió ayer, a dos días de la cita, tirar la toalla. El lehendakari López leerá mañana una declaración institucional en Ajuria Enea, acompañado por todo su gabinete, y dará por amortizada una iniciativa que sólo se ha conseguido celebrar en una ocasión, y que nunca ha recabado la unanimidad del arco parlamentario vasco. El año pasado EA y Aralar se desmarcaron de la primera edición porque no se reconocía a las víctimas de abusos policiales, y en esta ocasión el PP rechazó participar -al igual que UPyD- precisamente por todo lo contrario, porque el PSE acordó con PNV, Aralar y Ezker Batua homenajear a estas personas, no recogidas en la Ley de 2008.

A pesar de la negativa popular, la presidenta de la Cámara Vasca, Arantza Quiroga, de esta formación, ha convocado mañana a los grupos a una ofrenda floral en recuerdo a los afectados por el terrorismo.

El Día de la Memoria era una de las principales iniciativas del Ejecutivo Vasco en materia de víctimas del terrorismo, una jornada en la que se pretendía rendirles un tributo común, aprovechado que el 10 de noviembre era una de esas escasas fechas del calendario sin asesinatos que lamentar.

La necesidad de no dejar en la cuneta al centenar largo de fallecidos como consecuencia de la extralimitación de los cuerpos de seguridad llevó a PNV, Aralar y PSE, ya desde el año pasado, a buscar su incorporación al capítulo del reconocimiento en Euskadi, aunque entonces el Gobierno Vasco consideró que era prematuro hacer mención a estas personas en el primer Día de la Memoria. En esta ocasión el Ejecutivo había decidido que había llegado el momento y trató de atraerse al PP, sin éxito, pese a que el PSE defendía que víctimas del terrorismo y de abusos policiales deben ser reconocidas en planos diferentes.

Los populares temen que se trate de equiparar a unas y otras, según dijo ayer el portavoz parlamentario de esta formación, Leopoldo Barreda, para quien se está intentando diluir "la memoria" de las víctimas de ETA "en función de intereses partidistas". En los desayunos de Fórum Europa, Barreda recordó que ya hubo "consenso" en torno a este tema el año pasado entre el PSE, PP "y el resto de fuerzas, con alguna excepción", y por ello "son otros los que plantean romper ese consenso". Ayer el consejero de Interior, Rodolfo Ares, afirmó que en la declaración que leerá el lehendakari se evitará esa equiparación, pero se "hará memoria de todas las víctimas".

En el caso del grupo parlamentario de Eusko Alkartasuna, Ares se limitó a afirmar que "Bildu -de la que forma parte el partido de Pello Urizar- dijo que no era el momento" y que "no estaba dispuesta a trabajar como coalición" en esta cuestión. En ese sentido, Rufi Etxeberria, representante de la izquierda abertzale, la otra fuerza que integra Bildu junto a EA y Alternatiba, evitó posicionarse ayer sobre la cuestión alegando que la exBatasuna carece de representación institucional. En todo caso, Etxeberria abogó por "hacer una valoración conjunta y sosegada sobre lo que ha acontecido en el pasado en este país, sobre los sufrimientos y sobre el dolor que ha afectado a este país", así como sobre "las víctimas que ha generado el conflicto y las violencias que han generado esas víctimas", según informa Europa Press.

Según Ares, que pidió "altura de miras" con respecto a esta cuestión, la negativa tanto de Bildu como de PP de sumarse al ya desechado Día de la Memoria se debe a la cercanía de las elecciones, aunque evitó culpar "a nadie" del segundo fracaso que cosechan los partidos a la hora de mostrar una posición común tras el anuncio del fin de ETA. Nada más conocerse la noticia las formaciones no fueron capaces de ponerse de acuerdo para concentrarse, todas juntas, a las puertas de los ayuntamientos vascos.

Por otro lado, ayer la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, denunció que con la inclusión de las víctimas policiales el Gobierno Vasco pretendía "igualar a los asesinos etarras con las víctimas".