Bengasi. Tras anunciar el domingo la liberación total de Libia, que puso fin a ocho meses de conflicto armado, y proclamar el Estado islámico, el Consejo Nacional de Transición (CNT) moderó su discurso para embarcarse en una complicada transición política que no se completará hasta dentro de un año y medio.

"El anuncio de la liberación se puede considerar un punto y aparte, y el comienzo, de hecho, de la etapa de transición, que durará 20 meses", dijo el miembro del CNT Idris Abu Faid.

Éste explicó que en ocho meses se celebrarán elecciones al Consejo Nacional General, un Parlamento constituyente al que "el CNT le entregará las riendas del país, y cuya misión será la formación de un gobierno de unidad nacional y la creación de un órgano para redactar la Constitución".

Posteriormente, y tras someter la nueva Carta Magna a un referéndum, un órgano surgido del nuevo Consejo Nacional organizará las elecciones que, según la hoja de ruta redactada por el CNT, se llevarán a cabo antes de 20 meses.

No obstante, lo más inmediato es la formación de un Gobierno, cuyo nombramiento se ha pospuesto desde el pasado agosto, para dirigir el proceso de reconstrucción de un país en el que casi todas las instituciones se deben levantar de cero. Según declaró ayer el presidente del CNT, Musta Abdul Jalil, el Ejecutivo estará formado antes de dos semanas.

Más allá de cubrir cuestiones urgentes como las necesidades de los ciudadanos, atender a las víctimas, integrar a los combatientes en la sociedad y establecer un Ejército y unos aparatos de seguridad, la transición deberá ahondar en la naturaleza del Estado libio, que el anuncio constitucional describe como "civil y democrático".

No obstante, la insistencia el domingo de Abdul Jalil, durante el discurso que ofreció coincidiendo con el anuncio oficial de la liberación del país, de resaltar que la ley islámica será la principal fuente del derecho y que se suprimirán todas las leyes que la contradigan, no fue del agrado de todos.

Así, el ministro de Información, Mohamed Shamam, calificó las palabras de Abdul Jalil de una interpretación personal que, de hecho, estipula que la sharia o ley islámica es la base principal de la legislación. Shamam, que puso el acento en que dicho texto también "habla de un Estado civil y democrático y de la separación de poderes", achacó las palabras del presidente al momento.

Ayer, Abdul Jalil matizó sus palabras y precisó que las leyes no serán cambiadas de inmediato y que un Tribunal Constitucional se encargará de dirimir sobre estos asuntos.

Por otro lado, las autoridades libias cerraron ayer el acceso público al cadáver de Muamar Gadafi en Misrata, mientras negocian su entrega a la tribu del dictador en Sirte.