Donostia. El obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, ofreció ayer el papel que puede desarrollar la Iglesia como " un instrumento de reconciliación" para que "las heridas abiertas puedan llegar a sanarse". Munilla realizó este ofrecimiento en una declaración que se leyó en todas las parroquias de la diócesis donostiarra y que él mismo pronunció en la eucaristía que ofició a mediodía en la catedral del Buen Pastor de la capital guipuzcoana. En el texto, el obispo, recién llegado de un viaje solidario a África, se refería al anuncio del pasado jueves de cese definitivo de la actividad por parte de ETA y agradecía "a Dios poder ver más cerca la ineludible y urgente disolución" de la organización terrorista. En este contexto, el prelado donostiarra recordó de forma especial a cada una de las víctimas a lo largo de las últimas décadas y a los que "sufren, a veces en el silencio de la soledad, la injusta ausencia de sus seres queridos".

En este sentido, Munilla señalaba que "la comprensible ilusión social generada" por el anuncio de ETA "no puede acallar el dolor de las víctimas, que no ha cesado". Además, aseguraba que "el trabajo que se presenta a partir de este momento sigue siendo grande", expresa el ofrecimiento de la Iglesia como "instrumento de reconciliación" y haciendo suya una oración de San Francisco de Asís señaló: "Señor, haz de nosotros un instrumento de tu paz". "Esta tarea de pacificación y reconciliación debe comenzar desde el interior de nuestros corazones de forma que cada uno de nosotros completemos el camino de nuestra conversión personal acogiendo a Cristo como aquel que ha derribado los muros que nos separan y haciendo posible una sociedad donde el vínculo de la caridad no sea una utopía y donde la verdad sea buscada en libertad y aceptada con humildad", agregó el obispo.

José Ignacio Munilla insistió en que los cristianos están implicados "personalmente y como Iglesia en esta tarea" y en que ponen "al servicio de todos su fe", al tiempo que agradecía el trabajo realizado por quienes, desde el primer atentado llevado a cabo por ETA, y de forma interesada, se han comprometido públicamente contra la violencia y han trabajado por la paz, a título individual, en asociaciones eclesiales y civiles, en los partidos políticos, en la judicatura, en los medios de comunicación social o en las fuerzas de seguridad.