Vitoria. Cuando el Departamento vasco y el Ministerio del Interior reconocen que se va a proceder a adecuar el servicio de escolta a personas amenazadas por ETA tras el anuncio de cese de la violencia, lo que significará su desaparición para estas labores, ayer los aledaños de la sede del Gobierno Vasco en Lakua fueron escenario de una concentración de guardias civiles de varias ciudades del Estado para arropar a sus compañeros que trabajan en el País Vasco y Navarra ante el "acoso" que sufren en los municipios gobernados por Bildu, una situación que creen que no cambiará pese al último comunicado.

Así se han expresado los dirigentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) durante la protesta , a la que se han sumado representantes de la Unión de Oficiales de la Guardia Civil (UO), la Unión de Guardias Civiles (UGC), la Asociación de Suboficiales de la Guardia Civil (ASS) y los sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía SUP, CEP y SPP. También se han adherido el Movimiento contra la Intolerancia o el Foro Ermua, UGT, la Asociación Española de Escoltas y la Asociación de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado Víctimas del Terrorismo, entre otras. Asimismo participó María Jesús González, quien al igual que su hija, Irene Villa, resultó herida en un atentado de ETA en Madrid en 1991.

Durante la concentración, presidida por una gran pancarta en la que se leía En la verdadera paz no hay sitio para el odio. AUGC con los guardias civiles y sus familias, estos colectivos han denunciado el "abandono institucional" que padecen los agentes y sus familias por parte de los gobiernos central y vasco ante el acoso de Bildu. AUGC puso como ejemplo de ese acoso el ocurrido en Oñati, donde, según recordó la asociación, miembros de la coalición abertzale han realizado un vídeo en el que se mofan de la guardia civil y piden su marcha del País Vasco. También denunció que se han "colocado maletas en las puertas" de los acuartelamientos.