San Sebastián. La "decisión histórica" que el jueves dio a conocer ETA de cesar de manera definitiva su actividad armada trae consigo "el cierre del ciclo armado", aunque "sigue habiendo un conflicto de carácter político" que, según explicó ayer la izquierda abertzale, deberá resolverse con un debate democrático".
Tres días después de que suscribiera la Declaración de Aiete y, por lo tanto, emplazara la organización armada a "hacer una declaración pública de cese definitivo de la actividad armada", la izquierda aber-tzale compareció para valorar, como los demás partidos, la "decisión histórica de enorme calado" de ETA.
La comparecencia que muchos de sus miembros destacados ofrecieron en el Palacio Miramar no fue ninguna excepción: hubo sonrisas y ambiente distendido. Saludos afectuosos, palmadas en la espalda y abrazos como los que en la tarde-noche del jueves se vieron en Sabin Etxea o ayer en el Ayuntamiento de San Sebastián.
Estas escenas ocurrieron media hora antes de la leer la segunda declaración de la izquierda abertzale esta semana. Como el martes, Rufi Etxeberria -esta vez en euskera- y Maribi Ugarteburu pusieron voz a un comunicado en el que, siguiendo Aiete, pidieron a "los gobiernos de Zapatero y de Sarkozy para que, sin dilaciones, respondan a esta oportunidad histórica con responsabilidad y altura de miras, adoptando las medidas que les corresponden".
Los dirigentes avisaron de que el conflicto político, "tal como se ha constatado en las conclusiones de la Conferencia Internacional y como lo demanda la mayoría social", sigue "por una razón muy sencilla: porque el Estado español y el Estado francés niegan el reconocimiento y el derecho a decidir a Euskal Herria, causas principales de la existencia del conflicto que, a partir de hoy, nadie podrá ocultar tras la coartada de la lucha armada". A su juicio, "ha llegado el momento de encarar este debate democrático, sin cortapisas ni vetos, y el mismo debe culminar con la consecución de un acuerdo sustentando en el reconocimiento como nación y su derecho a decidir".
Ese "diálogo político" que defendieron "debe desatar", precisamente, "los nudos históricos del conflicto: el reconocimiento como nación de Euskal Herria y su derecho a decidir". Para ello, abogaron por "abordar el conflicto desde sus raíces y dándole una solución democrática" para "conseguir, entre todos, un escenario de soluciones definitivas que haga posible materializar todos los proyectos en igualdad de condiciones, también el independentista, que sigue vetado en el ordenamiento jurídico-político impuesto".
Consideraron que "la negación" de esos dos nudos son "la semilla histórica del conflicto" y que sin buscarles una solución no será posible "conseguir un escenario de democracia plena en Euskal Herria".
Por ello, tacharon como "absolutamente irresponsables" los "intentos que desde ciertos sectores políticos, cada vez más minoritarios en nuestro país, siguen dando la espalda a esta necesidad democrática con discursos negadores del conflicto, planteando un futuro de ganadores y perdedores que supone la antítesis de la convivencia democrática". Tras apelar a que cambien "estas actitudes", apostaron por que "el impulso popular será crucial para hacer variar la actual cerrazón de los Estados".
Nuevo escenario Como es habitual en los últimos meses, los dirigentes de la izquierda abertzale insistieron en que "un nuevo escenario se está abriendo a pasos agigantados y es la responsabilidad de todas y todos nosotros que se desarrolle en clave democrática para que todas y todos resultamos ganadores".
Aseguraron que "este es el compromiso que adquirimos hoy ante el pueblo, un pueblo que debe participar como protagonista en esta tarea colectiva tan ilusionante" que hace que, según reconocieron, la izquierda abertzale afronte "este nuevo tiempo con una gran sonrisa y con la gran satisfacción de ver cómo esta tarea colectiva de construcción de un futuro libre y democrático avanza sin retorno".