Cada vez que Jesús Eguiguren, y van unas cuantas, se desmarca de la línea trazada por el discurso oficial de los socialistas, sus compañeros se afanan en restar importancia a las valoraciones personales del presidente del PSE y remarcan que sólo habla en su propio nombre.
Así acostumbra a hacerlo también el aludido, aunque no por ello su particular visión de la política antiterrorista y los pasos que deben acometerse para lograr el fin de la violencia dejan de escocer sobremanera en la familia socialista vasca y, sobre todo, en la que atisba desde Ferraz todo lo que acontece en Euskadi.
Después de unos meses de aparente calma, al menos bajo el foco mediático, Eguiguren volvió ayer a las andadas. Lo hizo en un periódico catalán, fuera de las fronteras vascas y moralmente sacudido por lo que él considera que ha sido una oportunidad desaprovechada por su partido para abanderar el proceso de paz. Hace alrededor de un año, Eguiguren también habló. Entonces apostaba por una mesa de partidos que abordara el fin de ETA, lo que le valió el ninguneo del lehendakari y la reprimenda de Madrid, por boca de José Blanco, para acabar con una postura que la Ejecutiva estatal consideraba díscola.
Tan sólo dos meses después, en noviembre, las alarmas volvían a sonar en Ferraz después de que un fotógrafo del Grupo Noticias encontrara en un céntrico hotel de la capital guipuzcoana al presidente del PSE compartiendo mesa y charla con el periodista Gorka Landaburu y la abogada y portavoz de la izquierda abertzale, Jone Goirizelaia. El encuentro estaba destinado a analizar la comparecencia de ambos en el juicio que un día más tarde llevaría a Arnaldo Otegi al banquillo de los acusados por el mitin celebrado en el velódromo de Anoeta.
La cita llegaba una semana después de que Eguiguren declarara ante las cámaras de ETB la condición de "hombre de paz" que reconocía en el líder de la izquierda abertzale, que continúa en prisión. Como nuevo ingrediente, el encuentro en el hotel donostiarra tuvo lugar el mismo día en el que el lehendakari recibió al presidente del Partido Popular en el País Vasco, Antonio Basagoiti, dentro de la ronda de diálogos discretos con los demás representantes del arco parlamentario con el objeto de hacerles partícipes de la política antiterrorista emprendida por el Gabinete socialista.
Dos días después del encuentro hotelero, Eguiguren volvió al ojo del huracán mediático con una demanda dirigida al Gobierno de Patxi López pidiéndole pasos en favor del fin del conflicto vasco, una intervención en la que también auguró el anuncio del final de ETA.