Hebrón

TRAS los violentos años en los que se extendió la segunda Intifada (2000-2006), muchos palestinos se dieron cuenta de que los enfrentamientos violentos no lograban réditos de ninguna clase. Los Comités Populares, que arrancaban de la primera Intifada (1987-1993), fueron los primeros en adoptar sistemas no violentos de lucha, apoyándose en la movilización civil y en otras estrategias de distinta índole. En Hebrón, un edificio simboliza esta resistencia pacífica, la sede del Comité Popular, que se encuentra a pocos metros de un asentamiento colono, ocupando un montículo vigilado noche y día por los soldados israelíes, que apostados en sus garitas no les quitan el ojo a unos y a otros.

"Esta casa tiene una historia extraordinaria de resistencia y lucha. Pertenecía a unos palestinos, pero la ocupó el Ejército israelí, que quiso dársela a los colonos. Al final conseguimos probar ante un tribunal que esa casa había pertenecido siempre a una familia palestina. Aun así, los colonos la apedrearon y quisieron invadirla, pero nosotros hicimos guardias de 24 horas y logramos nuestro objetivo. Ahora es la sede del Comité Popular de Hebrón", narra Isaa Amro, uno de los responsables del centro. "Lo que hacemos no es exactamente lo que predicaba Ghandi; nosotros aprendimos de muchos grupos de resistencia pacífica y esas experiencias las hemos trasladado a Hebrón, donde están surtiendo efecto", añade Amro.

El apartheid que soportan los habitantes de la zona 2 de Hebrón (H2) es asfixiante, y así lo constata Amro: "Ahora hay ocho check-points en la zona, y para pasar de H2 a H1 hay que atravesar varios. Eso afecta a muchas personas, sobre todo en lo psicológico. Pero las consecuencias de la ocupación también han sido económicas, porque en su momento cerraron cerca de 1.800 negocios para construir muros y alambradas y para acomodar a los soldados que vigilan la zona. Lo curioso es que los colonos nos agreden y nos humillan, nos insultan hasta sus hijos, y los militares no hacen nada. En cambio, si lo hacemos nosotros, vamos directos a la cárcel. No todos los colonos son agresivos, pero los de H2 son los más belicosos de toda Cisjordania".

Para documentar las tropelías de los colonos y las humillaciones a las que les somete el Ejército israelí, el Comité Popular ideó el proyecto HEB-2, que consiste en dotar de cámaras a algunos habitantes de la parte vieja, para que graben y fotografíen lo que acontece a diario en esta área. "No solo eso -recalca Amro-, también le enseñamos a la gente lo que debe hacer cuando la detienen, o les instruimos para que habiliten sus propias huertas, impartimos clases de inglés, etc? Todo gratis". Se jactan de ser independientes (que no apolíticos ni neutrales) y están satisfechos de los resultados obtenidos con la nueva estrategia. "Seguiremos así hasta la victoria final", apostilla.