Rabat. Siete personas han muerto en las últimas 48 horas en Dajla, al sur del Sáhara Occidental, por enfrentamientos entre civiles saharauis y pobladores originarios del norte marroquí, en los disturbios más graves en la región en lo que va de año. Dos de los muertos son policías, según la wilaya (gobierno civil) de la región, y los demás son civiles.
Los enfrentamientos, que se produjeron después de un partido de fútbol disputado el domingo pasado en la localidad de Dajla, en el sur del Sáhara Occidental, se sucedieron durante toda la jornada del lunes, y se calmaron en la mañana del martes, pero al filo del mediodía de ayer diversos testigos relataron que personas desconocidas habían incendiado una escuela privada perteneciente a un saharaui y una vivienda. Numerosos vehículos, comercios, bancos y viviendas particulares fueron además atacados en los disturbios, en algunos casos incendiados, según diversos testigos.
El ministro de Comunicación del Gobierno marroquí, Jaled Naciri, manifestó que hubo una manipulación política de lo que el domingo era solo una trifulca deportiva tras un partido de fútbol entre el equipo local y otro llegado de Mohamedia (norte de Marruecos).
En supuesta alusión al independentista Frente Polisario, al que no citó en ningún momento, Naciri dijo que la reyerta había sido manipulada "con otros objetivos" y que esos mismos "elementos" pusieron a niños y menores en primera línea de los enfrentamientos. "Algunas personas podrían estar aprovechándose para generar inestabilidad (...). No esperamos que los enemigos de la unidad se queden de brazos cruzados", manifestó.
Al filo del mediodía de ayer, un grupo de unos mil saharauis se manifestaron ante la Wilaya para pedir seguridad y exigir "la marcha de los colonos", en referencia a los habitantes llegados desde fuera del territorio e instalados en Dajla. Según un testigo, los comercios están cerrados y hay un imponente despliegue militar en las calles de la ciudad, cuestión esta última justificada por Naciri porque "es obligación del gobierno mantener la estabilidad".
Estos son los disturbios más graves que se registran en el Sáhara Occidental desde hace casi un año, cuando el desmantelamiento del campamento de Gdaim Izik, en las afueras de El Aaiún, degeneró en violentas protestas en la ciudad y enfrentamientos que se saldaron con la muerte de 13 personas, 11 de ellos policías marroquíes.