Vitoria. "Soy uno de los políticos que en ocasiones digo cosas que no cuadran con lo que dice el PP". El alcalde de la capital alavesa, Javier Maroto, pronunció esta máxima hace un mes en los micrófonos de Radio Vitoria y ayer volvió a sorprender a propios y extraños con una visión de los movimientos en el seno del Colectivo de Presos de ETA muy alejada de las consignas populares. Frente al "más de lo mismo" del partido presidido por Mariano Rajoy, el primer edil gasteiztarra considera que la adhesión de este colectivo al Acuerdo de Gernika que emplazaba a la organización terrorista a cesar su actividad es un "paso" en el proceso de pacificación.
Pero lejos de suscitar discrepancias con sus compañeros de filiación, parece que la victoria en las urnas ha procurado a Maroto cierto margen de maniobra -al menos dialéctico- sobre las siglas que defiende. Y es que el episodio registrado ayer en el salón de plenos de la Plaza Nueva no es el primero de este cariz. Tras él existe una cascada de situaciones que ha menguado en las dependencias municipales vitorianas la amplia brecha que separa al PP de Bildu en las demás instituciones donde ambas fuerzas cuentan con representación.
Sin salir de Álava, mientras Maroto considera que actuaciones como las de los presos y el desmarque de Bildu de cualquier atisbo de violencia terrorista que sustituya a las posiciones políticas "genera esperanza", su compañero de filas y diputado general del territorio, Javier de Andrés, hace hincapié en la "falta de confianza" que le reportan los dirigentes de la coalición abertzale, según declaró a este periódico. También contrasta el diferente posicionamiento que ambos mantienen ante la continuidad de la central burgalesa de Garoña, cuyo futuro De Andrés opta por dejar en manos de los técnicos, más en la línea cauta del PP, mientras Maroto ha reiterado que se opondrá "con todas las consecuencias" a la prórroga de las instalaciones nucleares.
La consideración de verso suelto dentro de su formación no es un hecho que preocupe al alcalde y su entorno más cercano. Fuentes de su equipo de trabajo destacaron ayer a DNA que "en lo sustancial siempre ha demostrado que esté de acuerdo con el partido", una circunstancia que ha evitado cualquier advertencia por parte de las cúpulas, tanto vasca como española, para poner límites a la oratoria del primer edil, según confirman estas mismas fuentes.
Aún así, admiten que Maroto opta por "expresar su opinión" siempre que lo considera oportuno y aunque ésta no siga los mismos cauces fijados en el discurso oficial de un partido que se caracteriza, precisamente, por la ausencia de visiones contrapuestas en temas candentes como sí ha sido históricamente más frecuente en el PSOE y el PNV.
Los episodios concordantes del regidor vitoriano y Bildu comenzaron muy poco tiempo después de la configuración del Gobierno local, con la primera gran decisión de este equipo: la paralización del BAI Center. Los seis votos de la coalición abertzale resultaron imprescindibles para que Maroto pudiera zanjar este proyecto criticado con insistencia por él mismo durante la campaña electoral y gran protagonista de las severas disputas que mantuvo durante gran parte de la legislatura con su antecesor en el cargo, el socialista Patxi Lazcoz.
El inicio de la era Maroto también puso sobre la mesa la advertencia de su jefe de filas en Euskadi, Antonio Basagoiti, para llevar a los ayuntamientos una moción cuyo objeto era que cada grupo municipal "se retratara" ante ETA con un rechazo explícito a las acciones de la banda y su historial delictivo. La iniciativa se tramitó en Bilbao y San Sebastián, pero en la tercera capital vasca, la única con Gobierno del PP, aún no ha llegado. La razón esgrimida desde el equipo de Maroto hace mes y medio fue esperar a que el Consistorio iniciara su "actividad plenaria normal" en septiembre.
De momento, Bildu no tendrá que posicionarse ante la citada moción en Gasteiz, aunque Maroto estaría encantado de que la coalición escogiera la capital alavesa para dar el "paso" de condenar a ETA y su historia. "Sería un honor para Vitoria", proclamó ayer su primer edil ante el grupo municipal de la coalición abertzale.