SI la idea supone más Europa, un compromiso de los partidos políticos para dar confianza, estabilidad y seguridad a nuestra economía, bienvenida. Ahora, esperemos a la letra pequeña para que no sea un corsé que nos impida hacer lo que debemos hacer". Las palabras del lehendakari, Patxi López, sobre el anuncio de la reforma constitucional planteada por Rodríguez Zapatero para incluir el techo de gasto en la Carta Magna fueron algunas de las que alentaron el miércoles la imagen de división interna en la familia socialista en torno a la modificación. Reclamaba López un margen de autonomía financiera para Euskadi, aunque fuera con más prudencia que otros compañeros de siglas.
Lo cierto es que las reticencias expresadas por López casan, con más o menos matices, con la impresión general de la clase política vasca, con la única salvedad del PP. Al PNV tampoco le ha gustado demasiado la propuesta por el estrecho margen de maniobra que dejaría a las Administraciones Públicas para afrontar ciclos de recesión. Pero los jeltzales tampoco parecen muy convencidos por el procedimiento exprés de aprobación de la reforma. Ayer, el diputado Aitor Esteban se manifestaba en Twitter a favor de reclamar en el Congreso que la modificación se someta a referéndum, pero recordaba que su grupo sólo tiene seis de los 35 votos que serían necesarios en la Cámara Baja para forzar la consulta.
Aralar también expresó ayer su "frontal rechazo" a la propuesta en la que trabajan PSOE y PP en Madrid porque "va en contra de la autonomía de las instituciones vascas". En un comunicado, este partido recordó que cualquier modificación en la Constitución requiere el refrendo popular y ha considerado que "la voluntad popular debe primar por encima de cualquier Constitución o ley". También EB ha criticado la iniciativa, así como Bildu o ELA.