jerusalén. Una sesión extraordinaria del Parlamento israelí convocada en medio de las vacaciones estivales para debatir las protestas sociales por el encarecimiento de la vida y el coste de la vivienda en el país concluyó ayer sin acuerdo, aunque con duras críticas al gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu. Netanyahu y la mayoría de diputados de su coalición ni siquiera acudieron al debate, que se celebra a más de un mes del inicio de las mayores protestas sociales de la historia del país, con cientos de miles de participantes.
La líder de la oposición, Zipi Livni criticó la propuesta del primer ministro de crear una comisión de expertos para atajar los problemas. "El pueblo ha elegido a los políticos, no a los miembros de comisiones", señaló, alegando que las protestas deben llevar a un crear un orden social justo y no sólo "al cambio de manos de algunos títulos de propiedad".
Representantes del gobierno acusaron a la oposición de haberse puesto del lado de los manifestantes y alegaron que Netanyahu es el único político capaz de equilibrar el bienestar social y una política de gasto responsable. Mientras, ante el edificio del Parlamento en Jerusalén se congregaron alrededor de cien personas para protestar contra la política social del gobierno.
Las reivindicaciones de los manifestantes se han ampliado desde el problema de la vivienda a temas como la educación, la salud o la carga fiscal y también se exige un nuevo acuerdo social con más igualdad.
Por otro lado, Israel mantiene detenido al periodista de Al Jazeera Samer Allawi, palestino y jefe de la delegación en Afganistán de la cadena catarí, informaron ayer fuentes oficiales israelíes.