Londres. Las causas de los disturbios de Inglaterra de la pasada semana que el Gobierno británico considera "culturales" han sido motivo de enfrentamiento con la oposición laborista, que ayer acusó a David Cameron de improvisar y de desechar los motivos económicos.

En un discurso en el colegio londinense donde estudió, el líder laborista, Ed Miliband, se quejó de que Cameron no analizara los motivos de la violencia con mayor profundidad. Miliband exigió una investigación más amplia y sostuvo que la marginalización social y la pobreza sí juegan un papel importante, al contrario de lo que opina el premier. Tras el anuncio de Cameron de que se van a revisar todas las políticas del Gobierno para reparar la "quebrada sociedad británica", el líder de la oposición advirtió de que "una nueva política cada día no es la solución". "El usual instinto político (anunciar nuevas legislaciones, nombrar un nuevo asesor, volver a hacer relucir algunos viejos prejuicios) no va a satisfacer la demanda pública de respuestas reales y soluciones de profundo arraigo, duraderas".

Asimismo, señaló que la misma codicia que se ha visto en los causantes de los disturbios la han mostrado banqueros y parlamentarios. Miliband apuntó que esta no es la primera vez que se aprecia en el país la cultura del "yo primero" y "agarra lo que quieras". Al respecto, el líder de la oposición señaló que los banqueros, que se llevaron millones mientras "destruían" los ahorros de los ciudadanos, y los parlamentarios, que han "trapicheado" con sus dietas, o los responsables de los pinchazos telefónicos para el diario News of the World, se han retratado también como "codiciosos" e "inmorales". "Para alejar a los jóvenes de la criminalidad hay que apostar por educación, servicios y empleo", concluyó Miliband.