Vitoria. El secretario general del Grupo Socialista en el Parlamento Vasco hace autocrítica de los "malísimos" resultados del PSE de las municipales, apunta entre otras cuestiones a la gestión de la crisis y advierte de que los cambios en sus políticas ya se están viendo. Con las propuestas fiscales del lehendakari a los diputados generales sobre la mesa, se fija en la relativa a atajar el fraude -"hay algunos que enseguida se apuntan a combatir el fraude en las ayudas sociales, y lo hacemos, pero eso es el chocolate del loro en comparación con el fraude fiscal y para eso hace falta compartir información"-, advierte implícitamente de que no tiene problemas para votar con Bildu y remacha que el Gobierno Vasco "no va a dejar de hacer cosas para garantizar la sostenibilidad del sistema" porque "no le guste al PP o al PNV".

Adelanto electoral. Parecía que Zapatero y el PNV estaban empeñados en agotar la legislatura. No sé si el PSE casi prefería el escenario actual para evitar otra negociación presupuestaria que volviera a cuestionar al Gobierno Vasco.

Al PNV le interesa el PNV. Todos tenemos que reflexionar, pero el PNV también. Porque hace dos años tenía el Gobierno y las tres diputaciones y hoy tiene la Diputación de Bizkaia. Creo que eso se debe a que ha usado muchas veces las instituciones. Respecto a las negociaciones presupuestarias, siempre hemos dicho que cualquier negociación beneficiosa para Euskadi es aplaudida por PSE y Gobierno Vasco. Lo que no ocurría antes, que poco menos que se menospreciaban las transferencias.

Lo digo porque en algunos discursos del lehendakari tras el 22-M parecía expresar su descontento con el papel que Zapatero ha dado al PNV. Su disgusto por "los viajes de Urkullu a Madrid"...

Es paradójico que quien tiene su centro de decisión en Euskadi vaya del Ebro para abajo a la búsqueda de su toma de decisiones. Con quien deberían hablar para arreglar los problemas de Euskadi sería más con el lehendakari y menos con otros.

El PSE tuvo unos resultados pobres en esas elecciones y abrieron una reflexión. ¿En qué fase están?

Los resultados no fueron pobres, fueron malos sin paliativos. Tuvimos unos resultados malísimos. Eso nos tiene que llevar a una reflexión autocrítica y a cambios, que ya se están viendo. Será lo que intentaremos en la conferencia política de Euskadi en enero y, previamente, en la que se celebre en España a finales de septiembre. El PSE va a intentar redefinir su política en relación a las políticas progresistas y de izquierdas, retomar el liderazgo en materia de paz y convivencia y en políticas de regeneración democrática.

La eterna pregunta: ¿no se contempla en esa reflexión autocrítica la incidencia del acuerdo con el PP? Hace una semana el Euskobarómetro insistía en el escaso respaldo social a esa fórmula de gobierno.

No se trata de gobernar con el retrovisor puesto, pero de vez en cuando hay que mirar para ver cómo se gobernaba. Y el respaldo sociológico que tenía la fórmula tripartita de Ibarretxe con EA y EB estaba en torno al 11%. No es ninguna novedad que lo que la ciudadanía vasca desea mayoritariamente es un acuerdo entre PSE y PNV. Eso no significa que no haya otras fórmulas legítimas. Dicho eso, el acuerdo con el PP ha estado y estará en el debate. Si hay que evaluar las políticas públicas, claro que hay que evaluar las decisiones que toma un partido. El acuerdo con el PP o el acuerdo con el PNV en Álava o con Alternatiba en San Sebastián, han estado en el debate.

¿Y qué más se ha cuestionado el PSE en ese debate?

La forma en que hemos gestionado la crisis, la forma en que no hemos defendido nuestras políticas más clásicas. Quizá podíamos haber defendido con más vehemencia lo que hemos hecho en política social y haber denunciado algunos comportamientos que rayaban en la xenofobia que se han dado en algunas ciudades en Euskadi. Quizá no hemos cogido esa bandera con la debida fuerza por miedo a lo que fuera. Ha estado en esa coctelera también la apertura a la sociedad del PSE y creo que hemos llegado a la conclusión de que hace falta un PSE más abierto, más permeabilizado por la sociedad.

Hablemos de gestión de la crisis. El lehendakari ha lanzado a las diputaciones una propuesta de reforma fiscal. Parece claro es que la Diputación de Bizkaia, el PNV, no está por la labor ni de compartir los datos tributarios, ni de revisar los tipos de algunos impuestos. José Luis Bilbao ha recordado lo ocurrido con las SICAV, por ejemplo.

Las sociedades más justas son las que reparten más equitativamente sus recursos. No entiendo cómo un dirigente político en el año 2011 puede negarse a repartir más equitativamente los recursos de que disponemos o a quién le puede molestar que las personas que tengan un sueldo neto de más de 90.000 o de más de 120.000 euros contribuyan un poquito más. El PNV debería actualizar sus siglas porque Bizkaia sólo se escribe con b. Parece que toda su política gira en torno a lo que diga Bizkaia y ya está bien de que Bizkaia tenga políticos que se empeñen en seguir gobernando de espaldas al resto de Euskadi. Si Bizkaia no está dispuesta a compartir sus datos para luchar contra el fraude fiscal, que lo explique así, en lugar de tergiversar las palabras de otros.

Bueno, al PP tampoco parece haberle gustado mucho la propuesta. Basagoiti, su socio preferente, ha propuesto al PNV un acuerdo para evitar esa "subida de impuestos".

El PP vasco ha dado el apoyo a dos presupuestos que no cumplen exactamente las directrices más ortodoxas que defiende el PP del Ebro para abajo. ¿Es el PP vasco más progresista que el resto del PP? Que lo expliquen. En ese sentido, no hay ningún problema con nosotros. Lo que no vamos a hacer es dejar de hacer cosas para garantizar la sostenibilidad del sistema, la paz y la convivencia porque no le gusten al PP. Si le gusta al PP bien y si no, también.

Vamos con la tercera pata, Gipuzkoa y Bildu. Es con ellos con los que parece que hay más margen de acuerdo en este asunto, ¿incómodos?

Sería muy sano que el debate futuro en Euskadi girase en torno al tipo de fiscalidad o de políticas sociales. Y el hecho de que se simplifique el mapa político y de que se vaya consolidando, tenemos esperanza en ello, un escenario de paz -y posteriormente vendrá lo complicado, que es la construcción de la convivencia- hará que estos debates sean los que capitalicen la agenda política. El PSE se encuentra muy cómodo. Discutir sobre la fiscalidad o una sociedad más justa está en nuestro ADN.

El escenario hoy es el que es. ¿Está el PSE dispuesto a sacar adelante, por ejemplo, iniciativas fiscales en las juntas generales junto a Bildu?

Un alcalde que hizo unas declaraciones muy estridentes sobre Bildu en campaña electoral, que pertenece a un partido cuyo líder en Álava hizo unas declaraciones todavía más estridentes, posteriormente no ha tenido ningún empacho en paralizar algunas obras con el apoyo de esa formación. Es completamente legítimo.

En relación con la política fiscal y la financiación, otra de las cuestiones sobre la mesa es la sostenibilidad de los servicios sociales. ¿Va a poner sobre la mesa el PSE fórmulas como el copago sanitario, por ejemplo?

Hemos estado demasiado tiempo unas instituciones de espaldas a otras. En septiembre se hará público un informe del Gobierno Vasco que explicará dónde están esas duplicidades. Llevamos sin desarrollar el autogobierno hacia dentro 32 años. Falta una Ley Municipal y, sobre todo, una revisión de nuestras competencias y cómo las hemos gestionado. Antes de hablar de fórmulas de copago en la Sanidad, por ir al ejemplo concreto, lo que hace falta es gestionar bien lo que tenemos, con unos recursos inferiores. Los Presupuestos de 2011 se han hecho con unos ingresos equivalentes a los de 2005. Nada va a ser como antes.

El Gobierno Vasco tiene previsto enviar la Ley Municipal al Parlamento después de verano. ¿Saldrá adelante?

Esto da fe de que el PSE y el Gobierno Vasco van a seguir gobernando y haciendo políticas de progreso, le guste a PP y PNV o no. Los ayuntamientos han tenido dos problemas: no cuentan con una concreción de competencias en el marco vasco y no tienen una financiación estable. La Ley Municipal intenta paliar esos déficits y además incluye la presencia de los ayuntamientos en el Consejo Vasco de Finanzas con voz y voto. Nuestra voluntad es que esa ley se apruebe y trataremos de buscar acuerdos con todos los grupos. Recuerdo, no obstante, que la aprobación de esa ley está en el Acuerdo de Bases firmado con el PP.