MADRID. El exjefe militar de ETA Garikoitz Aspiazu Rubina, 'Txeroki' ha entonado este jueves un 'Jo ta ke' al término del juicio en su contra celebrado en la Audiencia Nacional, mientras mantenía ante el tribunal presidido por el juez Javier Gómez Bermúdez un puño levantado en alto.

'Txeroki', que se había negado a declarar ante el tribunal que le juzga por su intervención en el intento de asesinato de la teniente de alcalde de Portugalete Esther Cabezudo ha aprovechado su turno de última palabra para enviar saludos a sus familiares. "Abrazos y un saludo caluroso a todos los amigos y familiares que han venido de Euskal Herria y jo ta ke", ha dicho en euskera.

Durante la vista oral Cabezudo ha recordado ante 'Txeroki' que el intento de atentado mediante la colocación de un carrito bomba le cambió la vida. "Antes era una persona libre", ha dicho.

La víctima ha rememorado la explosión del artefacto que estalló a su paso el 28 de febrero de 2002, cuando se dirigía al Ayuntamiento en compañía de su escolta. "Fue una explosión enorme, acabé en el suelo, mi escolta pensó que me iban a rematar y se echó encima de mí", ha explicado.

La edil socialista ha detallado que sufrió a consecuencia de la deflagración de la bomba la rotura del tímpano derecho y el impacto de la metralla. "A lo largo de la parte derecha tengo veintitantos fragmentos", ha indicado.

También ha rememorado cómo dos o tres meses después del atentado regresó a su trabajo en el Ayuntamiento con la intención de retomar su vida. No obstante, ha explicado que "al poco tiempo" le entró "una crisis de ansiedad y un estrés postraumático" y se vió obligada a pedir la baja".

'Txeroki' se sentó este jueves por segunda vez desde su entrega temporal por parte de Francia ante un tribunal de la Audiencia Nacional. La fiscal Carmen Monfort ha elevado a definitiva su petición de 377 años de prisión en su contra por la comisión de 20 delitos de asesinato en grado de tentativa y uno de estragos por participar en esta acción como miembro del 'comando Olaia'.

El exjefe militar de ETA se negó a contestar a la preguntas del tribunal y las partes. "No les doy la legitimidad para juzgar a ninguna persona del País Vasco. No voy a contestar a ninguna pregunta", ha dicho en euskera al inicio de la vista oral.

Ha seguido el juicio desde el interior de la sala, recostado en una silla ante el tribunal y escoltado por la policía. En distintas ocasiones se ha girado para saludar a los amigos y familiares presentes