vitoria. Los parlamentarios del PSE Óscar Rodríguez y Natalia Rojo aprovecharon ayer la proximidad del parón veraniego para hacer balance y previsión de la actividad desarrollada por su grupo en la Cámara.

Ambos se mostraron satisfechos, si bien admitieron que la actividad parlamentaria no ha llegado tan lejos como hubiera sido deseable porque, según alegaron, "la lucha contra la crisis" se ha llevado buena parte de sus esfuerzos . Sin embargo, los representantes socialistas confían en darle la vuelta a esta situación dando un "nuevo impulso" a su labor a partir de septiembre. Y para hacerlo, ayer se comprometieron a impulsar iniciativas como la búsqueda de una "nueva" política fiscal que Rodríguez aseguró que liderarán con o sin apoyos externos. Las claves que guiarán esta apuesta serán dos: la lucha contra el fraude fiscal y la aplicación de la máxima de que "quienes tengan más beneficios paguen más", y aunque insistió en que en este camino le gustaría "conseguir el mayor consenso posible", Rodríguez advirtió de que no se quedarán de brazos cruzados "por la falta de voluntad de otros, sean el PP, PNV o la diputación que sea".

el ámbito foral Los Ejecutivos forales tienen mucho que decir sobre esta cuestión y éste ha sido precisamente uno de los temas calientes de la última legislatura. EA argumentó con él su salida del Gabinete Agirre, y EB lo ha puesto ahora sobre la mesa del PNV. En este sentido, el PSE dejó caer ayer que los entes forales "podrían haber hecho más" en el pasado, y se mostró esperanzado de cara a encontrar aliados en el futuro, incluso entre las filas de Bildu. "Por las declaraciones que ha hecho Garitano, parece que podrían ser más proclives a nuestros planteamientos", dejó caer, en un guiño destinado a involucrar al nuevo Diputado General de Gipuzkoa en esta reforma que pretende "avanzar hacia una mayor progresividad y combatir el sangrante fraude fiscal" que, según explicó Lehendakaritza, aunque aún no está cerrada, buscará "repartir la carga fiscal de forma más equitativa y solidaria".

En un discurso marcado por un fuerte aroma pro15-M, Rodríguez prometió también avanzar hacia la "regeneración" de la democracia abanderando el recorte de los "privilegios" de los políticos, reflejados en medidas como el fin de los complementos a los ex altos cargos.