pekín. Más de 4.000 trabajadores de una fábrica de bolsos en la comarca de Panyu, en la provincia de Cantón, en el sur de China, llevan tres días de huelga para reclamar mejoras laborales, en una acción similar a la llevada a cabo días atrás por los obreros de una planta de relojes en Dongguan (sur).
Según informó ayer el diario independiente South China Morning Post, la nueva medida de fuerza paralizó el lunes una fábrica de capital coreano que produce bolsos de lujo y cuyos empleados exigen un aumento de sueldo por la subida de precios que sufre China, que en mayo registró una inflación del 5,5%.
Los obreros aseguraron que perciben un salario de 1.100 yuanes (unos 100 euros) al mes por 8 horas diarias, y que quienes trabajan 12 horas pueden ganar hasta 1.900 yuanes (unos 180 euros), pero reclamaron un sueldo mínimo de 1.300 yuanes (unos 120 euros).
También denunciaron que solo se les permite beber agua y utilizar el servicio cada cuatro horas, y que deben pagar casi el 10% de su sueldo para comer en la planta alimentos "indignos y en mal estado".
"La gerencia coreana nos trata como si no fuéramos seres humanos y ya no podemos contener nuestra rabia", dijo un empleado de 26 años, quien no quiso identificarse por temor a represalias.
La planta, que fabrica para marcas de diseñadores internacionales como Michael Kors, DKNY, Burberry, Kate Spade o Coach, abrió en 1992, y cuenta actualmente con más de 4.000 empleados, el 80% de ellos mujeres inmigrantes de otras provincias chinas.
La semana pasada, cerca de 2.000 trabajadores de una planta de relojes Citizen controlada por empresarios japoneses en la ciudad de Changan (Dongguan) llevaron adelante una huelga de tres días como rechazo a la extensión del horario de trabajo y en reclamo de aumentos salariales. Las huelgas, sumadas a la revuelta de un millar de obreros inmigrantes en la ciudad de Xintang (sur de Cantón) a principios de mes y los enfrentaientos entre pastores y mineros en la región de Mongolia Interior, pusieron en alerta a las autoridades locales. Informes oficiales del gobierno chino advirtieron días atrás acerca de un clima de tensión social creciente, al que se suma la inflación, que afecta sobre todo a losalimentos y otros bienes básicos.