Donostia. Martin Garitano es desde ayer el noveno diputado general de Gipuzkoa desde el año 1979. Se proclamó jefe del nuevo Gobierno del territorio con el apoyo de los 22 junteros de la coalición soberanista y el de Aralar que, tal y como había anunciado con anterioridad, respaldó a Bildu en las dos votaciones que tuvieron lugar poco antes de las 19.00 horas. Bildu tomará esta mañana en el palacio foral posesión de la mayor cuota de responsabilidad institucional que el sector de la izquierda abertzale ha tenido en su historia y se espera que para finales de este mes estén confirmadas las ocho identidades que acompañarán a Martin Garitano como diputados forales en la tarea de gobierno que les espera para los próximos cuatro años.
En un Pleno de Investidura que concitó mucho interés tanto en medios de comunicación como en los distintos agentes políticos -a los políticos guipuzcoanos que acudieron hace cuatro años se les sumaron dirigentes de la izquierda abertzale como Rufi Etxeberria, Joseba Permach o Miren Legorburu-, Garitano defendió el diálogo como "el único método y el más eficaz" para la paz y la normalización política. Algo que resulta extensible al resto de tareas que afrontará el nuevo Gobierno foral, vista la necesidad de pactar las medidas principales que pasen por las Juntas Generales esta legislatura. La sesión de investidura no fue más que la confirmación de lo que se había anunciado. No hubo margen para el acuerdo entre PSE, PP y PNV, por lo que el candidato de Bildu recibió la makila. Lo hizo mientras sonaba el Himno de Gipuzkoa y de manos de la presidenta de las Juntas, Lohitzune Txarola, tras ser el vencedor de la segunda ronda de votación, en la que la mayoría simple bastaba. Hubo un aplauso general de miembros de todas las formaciones, a cuyos candidatos saludó el propio Garitano una vez acabaron los protocolos.
Antes, en su breve discurso de salutación como diputado general, Garitano agradeció el apoyo recibido por los compañeros de bancada -a quienes advirtió del "duro trabajo" que tienen en esta legislatura-.
Hizo lo propio con sus padres, ubicados en la tribuna de invitados: "Si hacemos caso a nuestros antecesores, haremos bien las cosas". Tanto a ellos como a los dirigentes de EA, Alternatiba o la izquierda abertzale -cuya "ansia de democracia" consideró "ejemplar"-, el nuevo diputado general dirigió sus miradas en esos instantes de investidura.
A partir de ahí, la alegría lógica en las filas se trasladó al exterior del hemiciclo. El protagonista absoluto era el propio Garitano, aunque los medios gráficos buscaban al exdiputado general, que conversó de manera distendida con Rufi Etxeberria, junto a Oskar Matute (Alternatiba), Pello Urizar e Ikerne Badiola (EA). Así tocaba a su fin una jornada extraordinaria en las Juntas Generales que había arrancado casi once horas antes en el exterior de dicho Parlamento. Poco después de las 8.10 horas llegaba solo el todavía diputado general en funciones, Markel Olano. Cinco minutos después, el aspirante de Bildu, acompañado de su madre.
Cuestionado por los pocos medios de comunicación -la mayoría eran cadenas de televisión que esperaban para entrar en directo en los informativos matinales-, Garitano, tranquilo, decía no esperar sorpresas, pero que "en política...".
No las hubo. El nuevo diputado general recogió la makila sin necesidad de garantizarse la investidura con ningún acuerdo con otra formación. El PNV, por su parte, se limitó a proponer su proyecto como paso previo a su salida del palacio foral.
De hecho, cuando Olano estaba en el estrado, miembros del personal adscrito al gabinete del diputado general enviaban los protocolarios correos electrónicos de despedida a los medios de comunicación.
El PSE también incidió en que la situación la había provocado la actitud de los jeltzales y el PP reprochó de manera directa, concisa y clara a socialistas y el PNV sus posicionamientos. El rifirrafe entre PNV y PSE se plasmó en el propio Pleno cuando tanto Rafaela Romero, Eneko Andueza (PSE) y Eider Mendoza (PNV) cruzaron distintas intervenciones en el que intentaron explicar algunos y justificar otros la situación que pocas horas después se iba a dar con la proclamación del candidato de Bildu como diputado general.
La juntera de Aralar, Rebeka Ubera, se felicitó por que Bildu reitere su invitación a formar parte del gobierno de Gipuzkoa, pero pidió a la coalición soberanista que concrete esta oferta, que será siempre con un acuerdo programático en mano.
En este sentido, fuentes de la coalición ya indicaban a este mismo diario hace una semana que las conversaciones tomarían cuerpo y concreción una vez se confirmara a Garitano como jefe del Ejecutivo.
Futuro gobierno Hoy se formalizará el traspaso de poderes entre el gobierno saliente y el entrante, cuyas líneas básicas e identidades de los miembros se darán a conocer, todos a la vez, en las próximas horas y días, según reconocían ayer fuentes de la coalición. Todo apunta a que el Ejecutivo centralizará sus competencias en ocho departamentos (frente a los once actuales), además de Garitano, y que al frente de dos de las áreas podrían estar el exalcalde de Usurbil, Xabier Mikel Errekondo (para Medio Ambiente), o la secretaria de Comunicación de EA, Ikerne Badiola. Olano -que, en un principio, continuará al frente del grupo jeltzale en las JJGG- , ya en el turno de la tarde, volvió a tender la mano al PSE y le invitó a "recuperar" las buenas relaciones entre ambos partidos, deterioradas en los últimos tiempos y más tras la constitución de los ayuntamientos. En el resto, no parece que vaya a haber más cambios una vez se confirmó que Rafaela Romero se quedaría como portavoz del PSE y Manrique será el del PP. Una de las principales incógnitas inmediatas que quedan sobre la mesa será el papel de Aralar que, vista su representación en Juntas (un escaño), no deja de ser simbólico.