Míriam Vázquez
VITORIA. La pluralidad que dejó huella en el mapa político de la CAV tras las elecciones del 22-M tendrá su plasmación en los ayuntamientos. Tras veinte días de inconcreciones y declaraciones cruzadas, los partidos han perfilado una política de pactos sin una pauta fija. Unas alianzas de las que el PNV se ha desmarcado al rechazar cualquier veto a Bildu y al optar por respaldar a sus candidatos en todas las instituciones. El cambio de compañeros de baile de una localidad a otra será una constante durante la jornada de constitución de los ayuntamientos a la que asistirán hoy mismo 251 corporaciones locales de la CAV -salvo la de Zerain- y 272 de Navarra, y arrojará un panorama igualmente fragmentario en los principales ayuntamientos vascos. Los jeltzales comandarán Bilbao y el PP logrará su plaza en Vitoria, mientras UPN gestionará, previsiblemente, Pamplona. El caso de Donostia, donde Bildu resultará triunfante en la investidura salvo sorpresa de última hora, marcará en buena medida los apoyos entre partidos de cara a conformar las diputaciones y a aclarar si la coalición abertzale también logra su atalaya en el ente foral del herrialde como lista más votada.
Ya lo auguraban fuentes jeltzales consultadas por este periódico. En materia de entendimientos y apoyos por parte de las distintas formaciones "habrá de todo". Así, algunos de los municipios que registraron la victoria del PNV irán a parar a las arcas de Bildu y viceversa, mientras el PP ha decidido tolerar excepciones en su alianza de hierro con el PSE y apoyar a los jeltzales en ciertos enclaves al considerarlos un mal menor frente a la posibilidad de gobierno de Bildu.
'pinchazo' del PSE El socialismo, tras su debacle electoral, únicamente logrará salvar -y en el mejor de los casos- en su otrora feudo de Ezkerraldea dos ayuntamientos. Gracias a su pacto con los populares, amarrará Portugalete y, salvo plante de la candidata del PP Amaya Fernández -cuyas relaciones con el alcalde socialista Tontxu Rodríguez no son las mejores-, y Barakaldo. La entente también le reportará los réditos de los ayuntamientos de Irun, Eibar y Ermua, con un incombustible Carlos Totorika que ha decidido atar en corto el apoyo popular entregándole el área de Bienestar Social y el puesto de teniente de alcalde.
Las filas de Patxi López, además, al ver fracasar la propuesta de pacto a tres -con PNV y PP- contra Bildu, no podrán aspirar a gestionar Donostia, Errenteria o Andoain. Sí podrían revalidar su puesto en Lasarte. Los jeltzales no prevén hacer excepciones en su apuesta por presentar a sus candidatos, de modo que Bildu habría de contar con los votos del resto de la oposición, incluido el PP, para arrebatar el puesto al PSE. En el caso de la capital guipuzcoana, la coalición de EA, Alternatiba e independientes logrará la makila para Juan Carlos Izagirre con sus 8 escaños. Para acceder a la Alcaldía, el procedimiento marca que el candidato necesita recabar el apoyo de la mayoría absoluta del Consistorio y, de no alcanzar tal objetivo ninguno de los partidos en liza, la balanza se decanta a favor de la lista más votada.
Por ello, dado que el PNV presenta a su propio candidato, PSE y PP se quedan a un escaño de la mayoría absoluta. Izagirre será alcalde salvo que el socialismo decida abandonar su enroque en la candidatura de Ernesto Gasco y, con los votos del PP, apoye al jeltzale Eneko Goia para dar crédito a su desconfianza en la madurez democrática de Bildu. No parece probable.