madrid. Con diez puntos de ventaja electoral en el bolsillo acudió ayer Rajoy a la sesión de control del Congreso para preguntar a Zapatero por el paro juvenil, pero el líder del PP mostró tanta cautela que parecía desapego, y no mencionó ni una sola vez las elecciones, el triunfo de su partido o la debacle del PSOE. Además, y de forma paradójica, Rajoy también declinó referirse al reto formulado sólo un día antes a los socialistas: que se sometan a una cuestión de confianza.
Frente a él, José Luis Rodríguez Zapatero, en medio de la encrucijada que tienen ante sí los socialistas tras la derrota del 22-M, no se ha salido de su discurso económico previo a los comicios, basado en la necesidad de reformas y control del gasto.
Y así las cosas, las elecciones del domingo sólo estuvieron presentes en la sesión de control del Congreso en las ovaciones a los líderes. La victoria popular se notó en el largo aplauso que los diputados del PP dedicaron a Rajoy cuando tomó palabra, ovación que repitieron cuando culminó su pregunta a Zapatero, con argumentos sobre la mala gestión de la crisis y la falta de confianza del Gobierno calcados de otros plenos. Y las elecciones también se apreciaron en las esforzadas palmas que, como reacción, le dedicaron los socialistas a su jefe, hasta que el presidente de la Cámara, José Bono, les pidió que pararan: "En el diario de sesiones pondrá 'muchos aplausos', pero ya es suficiente".
ovaciones Por no hablar de las caras de satisfacción que presentaba la bancada popular y los muchos saludos afectuosos que recibió Rajoy, a quien, por cierto, Bono convocó para conversar en su despacho, cita que finalmente se quedó en una breve conversación a las puertas del hemiciclo. Así, y aunque Rajoy pueda ver ya entreabiertas para él las puertas de La Moncloa, su falta de entusiasmo al hacer su pregunta fue tan evidente como la exacta repetición de sus reproches al Gobierno, al que sigue acusando de no generar confianza.
Fueron otros los que desde el grupo popular recordaron al PSOE su derrota, su portavoz la primera, Soraya Sáenz de Santamaría. Al preguntar al vicepresidente primero, Rubalcaba, apuntó que los ciudadanos han hecho en las urnas su balance "incontestable" de las medidas económicas del Gobierno. Y como los socialistas debaten si celebran congreso o abren ya primarias para elegir candidato, Sáenz de Santamaría cree que el PSOE está dejando como "secundarios a los ciudadanos en la película de la crisis". Rubalcaba replicó que porqué Santamaría no hacía un análisis electoral, y se contestó recordando que la portavoz "no se presentaba en ninguna lista municipal o autonómica". El ministro parecía el blanco de los populares que volvieron a atosigarle con las cuestiones relacionadas con el caso Faisán.