Vitoria. El PNV mueve ficha. Tras el llamamiento que PSE y PP dirigieron el lunes a la filas jeltzales para lograr un pacto estratégico que sume las fuerzas de estos tres partidos y evite el desembarco institucional de Bildu, los peneuvistas frenaron ayer las ansias de los socios por el cambio y expusieron un tablero negociador en el que todas las posibilidades siguen abiertas.

La única certeza explicitada desde la formación peneuvista es que el actual alcalde de Donostia, el socialista Odón Elorza, dejará de ocupar este cargo la próxima legislatura. Todas las demás conjeturas, se mantienen vivas. Así lo expuso ayer el presidente del Gipuzko Buru Batzar, Joseba Egibar, quien acabó con el silencio que había mantenido desde el 22-M.

Esta decisión dificulta el pacto ofertado por las fuerzas constitucionalistas, que en una primera lectura entre líneas dibuja un escenario postelectoral con el PNV al frente de la Diputación de Gipuzkoa, el PP liderando la entidad foral alavesa y los socialistas amarrando las riendas del Consistorio donostiarra. En relación a este último supuesto, Egibar constata un "cambio de ciclo" que deja fuera al que ha sido el primer edil easotarra durante las dos últimas décadas, pero sin que esta exclusión impida la entrada en el juego negociador de otro candidato socialista que sí podría contar con el aval jeltzale.

No obstante, a pesar de no significar un no rotundo a la fórmula planteada por socialistas y populares, Egibar transmitió la disconformidad de su partido con emplazamientos cuyo principal objetivo es excluir a terceras fuerzas, una "falta de respeto" que los jeltzales no entienden, según el dirigente nacionalista. Así las cosas, el presidente territorial se ocupó de que ninguna puerta se cierre antes de tiempo en las cábalas de las partidos, puesto que tampoco rechazó la posibilidad de que Bildu, como fuerza más votada en este territorio, asuma la responsabilidad de gobernar durante los cuatro próximos años.

Egibar destacó que su partido "no acostumbra a entrar en subterfugios" por lo que será "coherente" en este proceso negociador porque actuar de forma contraria a estos principios "se pone en tu contra". Asimismo, aseveró que al igual que el PNV ha mostrado su rechazo a la "la exclusión previa" de otras formaciones como argumento negociador, tampoco va a aceptar "victimismos" por parte de Bildu. "Es muy fácil recrearse en el victimismo permanentemente", afirmó, para añadir que lo que hay que hacer es "enfrentarse" a la posibilidad de la gestión.

A partir de ahora, el PNV considera que le corresponde a Bildu, la fuerza más votada en Gipuzkoa y en San Sebastián, iniciar un proceso de negociaciones con vistas a llegar pactos postelectorales, pero la espera de los jeltzales será activa, ya que este partido también tiene previsto comenzar su propia ronda de contactos con los partidos que han obtenido representación en las Juntas Generales.

Los encuentros también servirán para analizar el panorama que ofrece la realidad política en el Parlamento alavés, donde PP y PNV, como las dos primeras fuerzas, mantienen viva su aspiración de gobierno a la espera de que las piezas se terminen de situar en el escenario guipuzcoano, a día de hoy, el eje vertebrador sobre el girará la recomposición de gran parte de las instituciones vascas.

protagonismo del gbb Horas antes de que Egibar encabezara la rueda de prensa en la que también estuvieron presentes los aspirantes jeltzales a la Diputación guipuzcoana y el Ayuntamiento de San Sebastián, Markel Olano y Eneko Goia, respectivamente, su jefe de filas, Iñigo Urkullu, reiteró a través de las ondas de Radio Nacional la "libertad" con la que acude el PNV a estas negociaciones. Pero el presidente del EBB delegó en Egibar el único anuncio concreto del día: la falta de apoyo por parte de esta formación que sufrirá Odón Elorza en su aspiración por mantener la Alcaldía donostiarra.

Urkullu optó por valorar la responsabilidad del lehendakari en los resultados electorales -a quien pidió que dimitiera- y dejó en manos del presidente del GBB el anticipo de la postura jeltzale en Gipuzkoa. Esta falta de concreción en el discurso del líder del PNV motivó la airada reacción de sus adversarios políticos, que le acusaron de intentar ocultar su respuesta ante el emplazamiento de socialistas y populares. El consejero de Interior, Rodolfo Ares, vio en la actitud de Urkullu un intento por "escurrir el bulto" con sus ataques a Patxi López y desviar la atención ante las actuaciones que el PNV tiene previsto emprender en los próximos días. Asimismo, contestó de forma afirmativa a la demanda del presidente jeltzale de reunirse con los socialistas en Madrid, aunque matizó que si la "ansiedad" de los nacionalistas por mantener una interlocución con el PSOE busca abordar la política de pactos postelectorales en Euskadi, lo que realmente deben hacer es "dirigirse al PSE".

Desde la otra bancada proponente, el PP, Antonio Basagoiti, insistió en la presión a Sabin Etxea para que se desmarque de un posible pacto con Bildu que proporcionaría a Xabier Agirre la Diputación Foral de Álava y relegaría a la oposición a los populares, a pesar de haber sido la fuerza más votada en este territorio. En opinión del presidente del PP en el País Vasco, "dejar hacer" a Bildu en Gipuzkoa "es pactar con Batasuna" y situar a la sociedad guipuzcoana en "la boca del lobo".

Por su parte, el secretario general de EA y representante de Bildu, Pello Urizar, instó a Urkullu a que "no despiste metiéndose con López", al pedir su dimisión, y le emplazó a que aclare si quiere "una entente abertzale" o pactar con los socialistas y populares.